"¿Qué hacemos para cenar?" o "no me apetece mucho cocinar esta noche". Son dos expresiones repetidas diariamente en muchos hogares y que comparten un denominador común: las pizzas. Aquel plato familiar, festivo y siempre agradable en cualquier época del año. En esta ocasión, desde La Gourmeteria os recomendamos tres pizzerías de Barcelona para que cuando no sepas qué cocinar, o la pereza te posea, solo te tengas que enfundar la chaqueta y dirigirte a cualquiera de estos 3 locales que te dejarán boquiabierto.
Marta Garreta recomienda... Can Pizza
Cuando abrió Can Pizza en el Prat en 2014 cuajó una revolución que lideraron los hermanos Colombo, Max y Stefano, conocidísimos por su Xemei de Poble-sec. Se dirigían hacia otro territorio del italianismo, la pizza, y lo hacían fuera de Barcelona. Ya hace años que han aterrizado en Barcelona con tres locales, pero su presencia de extrarradio se expandió a Molins de Rei, Badalona o Vilanova y este año, el salto a Madrid después de Ibiza. De Can Pizza atrae la irreverencia hecha con juicio, ya que de las combinaciones más estrafalarias salen pizzas magistrales, de sabores equilibrados y sorprendentes.
Y esta vena creativa la mantienen viva con pizzas que ganan premios como la Pulp Fiction, merecedora de la distinción a mejor pizza creativa de España en Madrid Fusión, este año. Los ingredientes: tomate, sobrasada, pulpo, oliva Kalamata, ajo, mozzarella Fior di Latte, romero, tomillo, pimienta, orégano e hinojo en una base de masa fermentada durante 72 horas para conseguir una textura crujiente, única y perfecta. Probarla es enamorarse y con Can Pizza, los amores son duraderos: solo hay que comprobarlo disfrutando de dos pizzas clásicas de su repertorio como la Pepperoni (tomate, mozzarella, longaniza picante, cebolla blanca y cilantro) o el Al Capone (tomate, alcaparras, burrata, cebolla roja, anduja, aceitunas negras, orégano, albahaca y aceite de albahaca).
Víctor Recort recomienda... Sartoria Panatieri
Si te gusta disfrutar de una comida a pie de pista, Sartoria Panatieri te interesa: aparte de sentarse a la mesa, en este restaurante se puede comer en una barra justo delante de donde el equipo de cocina trastea. Los pasavolantes se acumulan en la puerta, esperando su turno, y cuando pruebas una de las pizzas entiendes el porqué de esta cola. La exuberancia de propuestas como la pizza de tocino, mozzarella, patata asada, yema de huevo y botarga de atún es imponente. Por si no fuera suficiente, las coletillas que ofrece la carta todavía pueden hacer remachar el clavo: haciendo deslizar una ración de stracciatella pizza a través, o una buena cucharada de nata fresca por el pastel cremoso de chocolate de la casa, resignificaréis la noción de la palabra «festín». El ticket medio está alrededor de los 25 euros —28, para los atrevidos que se pidan un capuccino.
Jordi Tubella recomienda... Mama
Viajar a Nápoles por solo 10 euros. No, no me he convertido en ninguna compañía de ofertas clickbait engañosas. Estoy hablando de Mama, un establecimiento ubicado en la avenida Paral·lel, 174. No es ninguna nueva aparición estelar en la ciudad, sino que representa la consolidación italiana y el reconocimiento a la originalidad y esencia, después de siete años sirviendo pizzas napolitanas auténticas. La foto que se muestra a continuación, por ejemplo, está hecha con una base de calabaza. Fuera el tomate, fuera la vertiente clásica para innovar y buscar más allá de lo que todo el mundo conoce, y probar el sabor y el aroma italiano más napolitano.
La pizza es un producto artesanal y puede presentar pequeñas variaciones en cada pizzería napolitana. En la pizzería Mama promocionan la excelencia y exclusividad de los productos de la región Campania. Todos los productos son esmeradamente seleccionados de forma estacional. Ahora bien, no todo es innovación. Hay uno reservado especial para el producto clásico también: el Street Food más antiguo y popular de Nápoles es el portafoglio, una manera cómoda de llevarte tu pizza en mano allí donde vayas sin necesidad de cubiertos, una pizza sencilla, doblada y envuelta con papel. Al fin y al cabo, combinado con el último toque cultural y musical napolitano: un Core'ngrato para que cada a cada mordisco, y con los ojos cerrados, te puedas trasladar a la Napoli profunda.