El Eixample Esquerre es un barrio de Barcelona bastante extenso que cuenta con galerías de arte, cafeterías selectas y tiendas de lujo en sus calles. Pero también hay varios restaurantes que son conocidos no solo en el barrio, sino en toda la ciudad. Unos locales con historia y carisma que no pasan nada desapercibidos y disfrutan de una amplia y fiel clientela.

El Gelida, reseña de Víctor Antich

El Gelida es un bar con muchos años a sus espaldas. Ir significa adentrarse en un viaje en el tiempo. Se puede encontrar un tipo de comida casero de cocina mediterránea y platos de cuchara. Aunque el comedor no es pequeño, tienen una fantástica terraza en el exterior para disfrutar de los días de sol y buena temperatura. Eso sí, ve con tiempo porque no hacen reservas. No tienen menú, solamente carta escrita en la pizarra. Los platos "estrella" son la ternera guisada que hace 74 años que la preparan y el capipota, para mí uno de los mejores de la ciudad. De hecho, preparan unos 12 kilos diarios. También la tripa, el bacalao en la lata, los huevos de Calaf estrellados y con bacón y el fricandó.

bar gelida
Imagen de la terraza del Gelida

Los el martes y jueves hacen arroz a 3,80 € el plato y, los miércoles, canelones. Por lo tanto, una buena relación calidad-precio, ya que los platos salen entre 4 y 7 €. Puedes hacer una buena comida por menos de 15 €. El propietario es Albert, transmite buenrollismo a trabajadores y clientes. Hay un buen vino, pues, es una bodega. Todo el mundo bebe el Priorat seco que tienen en bota servido en porrón. El vermú es excepcional. En definitiva, el Gelida es muy recomendable.

📍 C/ de la Diputació, 133

Bar Malasang, reseña de Pep Antoni Roig

El Malasang es uno de aquellos descubrimientos que, de vez en cuando, te regala Barcelona, contra todo pronóstico. Un restaurante con más aires de bar donde quedar en una primera cita, pero que, milagrosamente, ofrece un menú de mediodías sencillo, diverso y excelente. Y lo mejor de todo: por menos de 13 €. Ahora que incluso los bares de toda la vida hacen menús que no bajan de los 11,50 €, el Malasang ofrece el mismo, pero con gastronomía de calidad, platos tradicionales con un toque delicado y, además, en un espacio donde no tienes que pasar por la ducha y la tintorería después de los postres, ya que no hay ni rastro de olor de fritura. Una pequeña pausa dentro de la pequeña pausa de los mediodías, como decía el anuncio. Un pequeño milagro que, afortunadamente, es cien por cien real.

📍 C/ del Comte Borrell, 148

bar malasang
Bar Malasang

Restaurante Ponsa, reseña de Toni Piqué

El Ponsa es un restaurante abierto a los años 40 del siglo XX sobre una antigua bodega de finales del siglo XIX. Ambiente de fonda, una barra formidable y terraza tranquila. Es una de las pocas cocinas de carbón de Barcelona. Cocinan platos tradicionales y de temporada y los especiales de cada día —producto ciertísimo, de primera— entre los cuales unos destacables guisos, tortillas como la de chanquete —gloria en Dios— y unas ensaladas de tomate inolvidables, con variedades como el Feo de Tudela, no tan fáciles de encontrar.

restaurant ponsa
Restaurante Ponsa

La presencia, modélica: servicio amable, manteles de hilo, sin música, luz conseguida, muy limpio. El precio, posible: a partir de 25 €. Los parroquianos tienen pinta de profesores universitarios al borde de la jubilación o de escritores de suerte incierta. A cambio de todo eso, la carta de vinos no mata y la sala principal no es sitio para tratos ni conspiraciones ni para quedarse mucho rato. Un restaurante de fondo de armario que hace el trabajo con buena nota.

📍 C/ de Enric Granados, 89