Argentina y Colombia han tenido una cita en Barcelona. Florería-Brasero Atlántico, un elegante restaurante que combina lo mejor de la gastronomía argentina con una singular coctelería oculta en su sótano, ubicado en la calle Marquès de l'Argentera, ha recibido a la alta cocina colombiana, representada por los restaurantes Carmen y X.O., en dos noches inolvidables entre flores, cócteles y unos exquisitos platos degustación que rezumaban tradición y originalidad a partes iguales. ¿El resultado? Una experiencia sorprendente y única que no ha dejado indiferente a nadie.

Flores, cócteles y tapas

En una clara referencia a su nombre, así como un guiño a sus orígenes en Buenos Aires, donde para llegar hasta el restaurante se debe acceder al sótano de una floristería, el Florería Atlántico de la capital catalana recibe a los comensales con flores en su puerta. A partir de allí, uno puede bajar por las escaleras que conducen a la coctelería de moda de Barcelona –cuya alma mater argentina se encuentra en la lista de los 50 Best Bars de 2024- un espacio con un aire de clandestinidad que no hace más que acentuarse cuando uno levanta la mirada y descubre, colgados del techo, dos enormes esqueletos de animales salidos de las profundidades del mar. Si la decoración parece atrevida, su selección de bebidas lo es aún más.

Bar Carmen y X.O. suman sus atrevidos cócteles a la carta ya de por sí singular de Florería Atlántico. Sin ir más lejos, el combinado B.C.E, que incorpora mezcal, ojo de pez, Salino Meyer y sal de hormigas, deja a cualquiera boquiabierto cuando descubre un par de estos insectos casualmente colocados sobre el hielo. Pero Florería Atlántico tampoco se queda atrás: su Negroni Balestrini, que sustituye el vermú por el amaro, trastoca el enlace entre la ginebra Malfy y el Campari con agua de mar y humo de eucalipto, que hace que con cada trago uno sienta el océano acariciándole el paladar. 

Cóctel B.C.E. aderezado con hormigas comestibles. 

Llegados a este punto, las tapas que ofrecen en colaboración el trío Florería-Carmen-X.O. equilibran la experiencia sin mermar ni un ápice el carácter exótico de la velada. Ostras aderezadas con chimichurri y guayaba, vieiras imbuidas de copoazú -que es como se conoce en Colombia el cacao blanco- aliñadas con almendrón sazonado; empanadas colombianas de morcilla bañadas en ají de uchuva, arepas de atún e, incluso, una variante sudamericana del popular sándwich japonés katsu-sando, con ternera y wasabi, son algunas de las propuestas gastronómicas que se elevan a la categoría de haute cuisine bajo la batuta de los chefs Carmen Ángel y Mateo Ríos, un menú degustación que combina a la perfección con las creaciones del bartender jefe de X.O., Maycoll Tobón.

Katsu-sando de ternera con wasabi y empanadas colombianas de morcilla con ají de uchuva.
Ostra con salsa de chimichurri y guayaba junto a un plato de vieiras con copoazu y almendrón sazonado. 

Sabores migrantes

La riqueza cultural tanto de Colombia como de Argentina, arraigada en la tradición ancestral de estas tierras y en la llegada de inmigrantes de diferentes países, confiere a los platos de Florería-Brasero Atlántico -y a los nacidos de su colaboración con Bar Carmen y X.O.- una amalgama de sabores diferentes y, a la vez, familiares, al acercarnos una riqueza culinaria entendida como un rompecabezas al que, en el corazón de Barcelona, colocan la última pieza, volviendo al entorno mediterráneo desde donde salieron parte de los viajeros que pusieron rumbo a América Latina creando sabores, en definitiva, migrantes.