Esta es la historia de un restaurante pequeño que hace una cosa gigante: la de practicar con amor y esfuerzo la cocina catalana, una tarea bien importante en los tiempos que corren, donde toda novedad foránea o prefabricada parece mejor que los manjares de siempre, que dejamos de cocinar.
Restaurante Gegant: hoy salimos a comer cocina catalana
Porque, a menudo, cuando hablamos de cocina tradicional, caemos en el folklorismo o al creer que solo puede ser popular, casera y muy económica. Nos hacemos daño a nosotros mismos y a nuestra cultura gastronómica al pensar que la tradición comestible tiene que existir tan solo dentro de estos límites. Y sí, está muy bien aquello de la cocina catalana lograda por pocos céntimos, pero el recetario más nuestro se hace dúctil en manos expertas y capaz de ofrecer comidas elegantes. Y este es el caso de las manos del cocinero Joan Vallès en el restaurante Gegant.
Vallès, a manera de taumaturgo, que ha pasado por los fogones de Fermí Puig, Monocrom y Alkostat, pone las manos y el corazón haciendo aquello que mejor sabe hacer, disponiéndolo con cuidado y gracia en el plato, haciendo que la cocina de siempre baile a otro ritmo sobre las mesas del Gegant, puestos con manteles blancos e iluminados tenuemente por las lámparas Olímpica de la diseñadora industrial Júlia Esqué. Ella se ha encargado dar forma al espacio que ocupa el restaurante, en el 93 de la calle Pujades.
Nos hacemos daño a nosotros mismos y a nuestra cultura gastronómica al pensar que la tradición comestible tiene que existir tan solo dentro de los límites popular, casero y muy económico
La oferta gastronómica del Gegant habla claro y catalán: patata y judía con butifarra negra, picadillo, huevos rellenos, esqueixada, xatonada y escalivada (esta última, con anguila fumada), terrina de cerdo, lentejas con codorniz y capipota guisado, bacalao con chanfaina. También al pil-pil, fricandó con setas de carrerilla, pollo asado a la catalana o lechales asados a la mostaza, sepia a la bruta, ternera con setas, flan o mousse de chocolate, y todavía más son algunos de los platos que nos harán volver a decir que hoy pasamos de pizza, sushi y ramen, que hoy salimos a comer cocina catalana.
El Gegant es junto a la cafetería Frutas Selectas y no es casualidad: los tostaderos Nomad Coffee, que en el 2024 celebraron diez años de trayectoria en el mundo del café de especialidad, se han asociado con Vallès y el sumiller Iván Fernández, que comanda la sala y una carta de vinos despampanante con la ayuda de Diego Meleiro (a su vez, Vallès cuenta con el empuje del cocinero Eloi Balcells), para levantar muy arriba el nombre de Gegant, que en este mes y pico desde que está abierto ha pisado fuerte y ya se ha convertido en uno de los restaurantes que los gastrónomos de la ciudad quieren visitar.