El afterwork consiste en salir a tomar alguna cosa a media tarde después de trabajar. Lo que de toda la vida se ha llamado 'quedar para tomar una cerveza en el bar con los amigos cuando salimos del curro'. Un bar que aquí puede ser cualquiera, pero que en Japón se conoce con un nombre en concreto: 'izakaya', que literalmente significa, 'quedarse a beber en un sitio'. Eso es, entre otras cosas, lo que ofrece el Keanu, la nueva 'izakaya' de Barcelona.

De Moscú a Barcelona

El bar Keanu abrió puertas el pasado mes de octubre en Barcelona para convertirse en una de las pocas 'izakayas' que hay en Barcelona. Un local a medio camino entre coctelería, bar y restaurante al que se puede ir desde las doce del mediodía hasta bien entrada la medianoche. La coreana Zhanna Kim, creadora de Keanu, ha abierto su segundo restaurante después del éxito de la primera 'izakaya' de Moscú. Un viaje que inició en la capital rusa y que, después de triunfar entre el público eslavo, ahora ha dado el salto a Barcelona, la capital más internacional de Europa. Un restaurante que apuesta por mantener la esencia asiática en los productos que ofrece, pero con algún guiño a la gastronomía mediterránea.

Ensalada de cangrejo real y tacos de sushi
Ensalada de cangrejo real y tacos de sushi

Un poema de amor en coreano

Situado en la calle París 209, junto a la calle Balmes, el Keanu está en el centro de la ciudad, en un lugar muy accesible pero a refugio del trasiego de la Diagonal, que queda justo por encima. Un espacio con una pequeña terraza fuera y que en el interior tiene una barra a la derecha, algunas mesas a la izquierda, y un espacio más amplio pero igual de acogedor en un piso superior. Un comedor en que destaca, en el fondo, un poema de amor escrito en coreano. Aunque para el visitante occidental los caracteres orientales acostumbran a parecer un elemento más de la decoración del local, en el Keanu todo tiene un significado. Desde el poema hasta el monje budista que va sobre patines – dibujo que representa el logotipo de la marca – o la mesa de disc-jockey que preside la parte de abajo del comedor.

La coreana Zhanna Kim, creadora de Keanu, ha abierto su segundo restaurante después del éxito de la primera 'izakaya' de Moscú

Cócteles, niguiris y sake

En esencia, estos son los tres pilares del Keanu. De cócteles y niguiris hay muchos. Una oferta gastronómica de bebidas de autor, con alcohol y sin alcohol, y un abanico de comida muy diverso, con propuestas tradicionalmente japonesas – como el sushi – pero también recetas tailandesas, vietnamitas, coreanas y chinas. Al fin y al cabo, el Keanu es un restaurante panasiático, aunque también tenga una sección de carnes y una de arroces, un guiño al público mediterráneo que está menos acostumbrado al producto oriental. Pero a pesar de tener platos típicamente europeos, el producto, la técnica o el origen del plato tienen siempre alguna vinculación con la gastronomía asiática.

Los cócteles y la comida se puede pedir siempre, desde que abren a las doce del mediodía hasta que cierran a las dos de la noche. Diferentes opciones que llenan una carta en la cual no encontraremos el último de los tres elementos que conforman el ADN Keanu: el sake. A pesar de tener más de veinte variedades (y prevén tener más dentro de unos meses) sake solo pide quien sabe dónde encontrarlo. Siempre se puede pedir algún tipo de sake en concreto, pero el Keanu es un lugar ideal para dejarse recomendar y explorar un mundo, el de este vino de arroz japonés, que todavía es muy desconocido en la gastronomía occidental.