El Pibe es uno de los restaurantes de comida rápida más emblemáticos de Barcelona. Una casa de bocadillos fundada el año 1974 por Manuel Berja que este año cumple 50 años al pie del cañón. Con la segunda generación al frente del negocio, Daniel y Manuel, hijos del fundador, regentan ahora 6 locales con la esencia de siempre, pero con una oferta que se renueva constantemente.

Origen humilde

El Pibe es el fruto de un sueño; el sueño de Manuel Berja de tener un negocio propio. Criado entre planchas y barras, el año 1974 fundó el Pibe en la calle República Argentina —de aquí el nombre del restaurante. Un negocio que no solo ha sobrevivido durante medio siglo, sino que además ha ido creciendo hasta llegar a los 6 locales que actualmente tienen Daniel y Manuel. Un negocio que han hecho crecer sin inversores, con capital propio y con la plena convicción de que la única manera de sobrevivir tanto tiempo en la hostelería es adaptarse al paso de los años. Con una nueva imagen en el local de Les Corts y una oferta irresistible de frankfurts a 5 céntimos, el Pibe celebra 50 años y se reivindica como uno de los locales de comida rápida de referencia en la ciudad.

Frankfurt de jamón El Pibe / Foto: Sergi Barnet

Durante todos los jueves del mes de octubre, El Pibe ofrecerá el frankfurt clásico a 5 céntimos

Oferta especial

Durante todos los jueves del mes de octubre, El Pibe ofrecerá el frankfurt clásico a 5 céntimos. Un precio que no es arbitrario, sino que es el equivalente a las 16 pesetas que costaba el frankfurt durante los primeros años del restaurante. Un bocadillo de comida rápida de lo más especial, ya que conmemora los orígenes del negocio y se acompaña de salsas clásicas hechas en casa. De hecho, la calidad, tanto de los alimentos como del personal del Pibe, es uno de los caballos de batalla de los hermanos Berja. No quieren depender ni de marcas ni de inversores porque la única manera de hacer las cosas bien es ser libre en la toma de decisiones. Salsas, envinagrados, pan o el café de especialidad que utilizan son solo algunos de los rasgos distintivos de un negocio atípico. A diferencia de otros locales, el Pibe no tiene problemas de personal. "Tener buenos empleados no es cuestión de suerte; es cuestión de ofrecer unas buenas condiciones y un buen ambiente de trabajo", aseguran los hermanos Berja.

La mayoría con estudios de cocina e incluso algún camarero que ha pasado por grandes restaurantes como El Celler de Can Roca

Frankfurt fumado de queso El Pibe / Foto: Oriol Foix Duaigües

Gente trabajadora y bien formada, la mayoría con estudios de cocina e incluso algún camarero que ha pasado por grandes restaurantes como El Celler de Can Roca. Una búsqueda de la excelencia que se traduce en un trato cercano al cliente y unas preparaciones aparentemente sencillas, pero con unos sabores llenos de complejidad: Cervela Americano, Smoky o Rockanrolla Ibérico, pero también nachos, ensaladas y café de especialidad servido con un vaso de agua.

Con un público diverso que comprende desde los primeros clientes de los años 70 hasta las nuevas generaciones de jóvenes hambrientos, el Pibe celebra medio siglo de historia manteniéndose firme con un proyecto en constante evolución.