En la calle de Copons parece que no tenga que haber nada. Junto a la Catedral, pasa desapercibido, pero esconde uno de los mejores restaurantes japoneses de la ciudad: el restaurante Koy Shunka. Y no es ninguna novedad. Galardonado con una estrella Michelin, Koy Shunka, que es uno de los restaurantes del cocinero Hideki Matsuhisa, hace casi 20 años que impresiona a locales y foráneos con una cocina que combina con sutileza y maestría técnicas y productos catalanes y japoneses.
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El espacio, renovado el año pasado, impresiona. Una barra descomunal rodea toda la cocina, abierta y prístina, y sentarse es un gusto: es cómoda, amplia y permite ver cómo el equipo de cocina trabaja con método, con puntualidad, implacablemente. Es mejor que un reloj suizo porque aquí el engranaje es de carne y hueso, y nada supera ver cómo un maestro prepara y monta delante del plato que comerás con gusto, recién hecho.
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Nada falla enKoy Shunka. Todo está en su buen lugar, no se le ven las costuras, tan con respecto a la sala como al servicio y a la cocina. La sensación es de perfección desde que entras por la puerta escondida y recorres un largo pasillo oscuro que desemboca en esta sala luminosa, y que te hace oír que has pasado en otro mundo, un mundo donde te concentrarás en el disfrute y olvidarás cualquier problema, porque nada te los hace recordar.
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El menú escogido, de 24 pases (218 €), es el sueño de cualquier apasionado por la gastronomía japonesa. Incluye una buena dosis de nigiri hechos con ingredientes de la máxima calidad: calamar, que parece haber mutado de sólido a casi líquido por su sedosidad; huevos de salmón tersos y sabores que explotan con fuerza al apretarlos dentro de la boca; varias partes del atún que harán que no quieras nunca más volver a comer de aquella que te llega con el sushi barato; una anguila crujiente y untuosa. Para quien quiera acortar, también disponen de otro menú, de 19 pases a 178 €, y para quien quiera coronarse, de uno de 28 pases a 248 €. Maridaje de 5 vinos a 65 € y de 7 vinos a 95 €.
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Pero la cocina japonesa, ya lo sabemos, no es solo sushi. Y si bien el sushi de Koy Shunka es excepcional, todavía lo es más aquello que consigue en platos como el chawanmushi, el pil-pil o el salmonete a la brasa, el arroz de cangrejo, las sepionetes o la ostra con guisantes lágrima. Además, los postres abanderan la delicadeza japonesa con el concepto europeo de postre, un tándem perfecto para acabar la comida.
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Sin duda, Koy Shunka ha sido, es y seguirá siendo un referente de la cocina japonesa en nuestra casa, donde brindar con una extensa y completa carta de vinos con opciones para todos los públicos.