Que Horta es el mejor barrio de Barcelona no se dice suficiente, por suerte de los que viven allí. Yo, que he sido una hortense breve, pero enfervorizada, proclamo a los cuatro vientos sus bondades, como que es un lugar donde en temporada corre un aire que huele a naranjo y es un lujo. Aparte, aquí también tenemos grandes lugares para poner a soñar el hambre, como el Celler Antonio y su cecina, y un sitio inigualable: Es Bandoler​.

Es Bandoler: un pequeño museo de Horta

Pasas por delante y crees que Es Bandoler es solo el nombre de esta casa en la esquina de la calle Tajo con Santes Creus, pintado a mano en un tono rojizo, "con sobrasada" quizás pensarás, como yo, por lo que te remite el artículo salado. Ves tres puertas bajas y con rejas, a pie de calle, siempre cerradas. La pintura de la fachada, blanca y desconchada, puede hacer pensar muchas cosas, pero te acercas a alguna de estas puertas para mirar de vislumbrar las cuales se cuece. Si es verano y hace buen tiempo, quizás han abierto alguna por dejar que corra el aire, y te llegará el olor de embutido y cocina casera y, además, descubrirás que Es Bandoler es, aparte de tasca típica (como ellos mismos se definen), un pequeño museo.

El interior de Es Bandoler / Foto: Rosa Molinero Trias

Redes de pesca que se cubren de telarañas el techo entre candelabros, jamones y sulfatadoras. Anuncios antiguos, botellas de vino antiguas y jarras y jarros todavía más antiguos. Horcas y cedazos se mezclan con lámparas náuticas y platos de cerámica con bogavantes en un mar y montaña estético que es todo un poema en este edificio de 1777. Definitivamente, si buscas un orden minimalista este no es tu bar. ¡Pero tú te lo pierdes! No podrás disfrutar de unas tostadas rellenadas de fuet, hervor o anchoas mayores que tu cabeza, ni tampoco de las sabrosas patatas murcianas (pregunta si son del día), que han absorbido todo el perfume de los pimientos, las cebollas, los ajos, el chorizo y la butifarra negra con los que han pasado por el horno hasta que han quedado bien asadas.

Tostada con fuet / Foto: Rosa Molinero Trias

Tampoco podrás comer su hermosa tortilla de patatas y acompañarla con una jarra cava, ni su escalivada suculenta con atún de la buena, ni sus tapas calientes y rotatorias, hoy albóndigas, mañana un guiso de calamares con salsa. Y al final, si quieres unos carquiñoles o un pastel de almendra o un flan bien barroco, con nata y helado y cacahuetes enchocolatados, también los tendrás.

Otra postal del interior de Es Bandoler / Foto: Rosa Molinero Trias

Más allá de la estética, se brinda una oportunidad de oro

Sería una pena que tu gusto estético te prohibiera adentrársete en el rescoldo de Es Bandoler, que es único y reconforta al espíritu cuando quieres hacer una comida de aquellos bonos, de servicio atento, próximo y rapidísimo. Es comer de tasca y es sencillo, pero lo bastante apto para celebrar que la vida es chula con jamón ibérico y sólido y consistente para hacer cualquier cena de un día entre semana que necesites que te cuiden como casa: escogerás la tabla de embutidos para dos y saldrás bailando las danzas regionales de cada sitio que los ha ideado o, quizás, acabarás con una lambada en la discoteca vecina, la Samba Brasil, un clásico de la fiesta hortense.