Los restaurantes japoneses, tal como los concebimos en occidente, son un sitio donde se come sushi, ramen y mochis. Un clitxé muy arraigado que encasilla este tipo de restaurantes a una sola manera de entender la cocina, pero que está muy alejado de la realidad. La gastronomía japonesa es mucho más de lo que te piensas, y en Kasa Hanaka lo demuestran de una manera brillante. Cocina de barrio al más puro estilo japonés en un centro cívico convertido en cafetería.
Una cafetería de barrio
Kasa Hanaka es un restaurante japonés, pero también es la cafetería de barrio donde ir a merendar cuando los niños salen de la escuela. Situado en el barrio del Putxet, es difícil llegar de casualidad. El restaurante se ubica en un centro cívico de Sant Gervasi, un edificio pequeño y escondido sin grandes letreros que indiquen el local, más allá del nombre escrito en pequeño en la carta que guarda la entrada.
Familias con niños y parejas de abuelos llenan un local que está lleno
Dentro, el restaurante -y quien dice restaurante dice cafetería, bar o zona de tertulia, porque es un local polivalente- es un espacio diáfano con diferentes mesas y butacas repartidas por el comedor; muebles de madera que sirven para desayunar, hacer el vermú, comer o merendar. Familias con niños y parejas de abuelos llenan un local que está lleno. En el lado derecho, una barra y un escaparate de dulces separa las mesas del comedor de la cocina y el espacio de bar. El espacio está decorado con diferentes tiras de flores rosas. Y es que 'hanaka', en japonés, significa 'tienda de flores', una alegoría muy acertada de la esencia culinaria del restaurante.
Adrià es el camarero más amable que me he encontrado nunca en un restaurante
Menú para todos los públicos
Se trata de un lugar donde lo tienen todo pensado. De entrada, la carta; un manual preciso, conciso y comprensible de la oferta gastronómica del restaurante. Un diseño útil que se suma a la brillante explicación que Adrià, chef y camarero del local, nos hace tan pronto como nos sentamos en la mesa. Adrià es el camarero más amable que me he encontrado nunca en un restaurante. Tiene una manera de ser muy cercana que hace, en gran parte, que Kasa Hanaka mantenga este espíritu acogedor y de barrio.
La oferta es sencilla: dos opciones de udon, cuatro platos a la carta y dos ensaladas. En Kasa Hanaka funcionan por fórumlas, no por menús. Escoges un plato principal, un acompañamiento y una bebida. No hace falta que sufras si no estás familiarizado con los nombres porque cada plato va acompañado de una foto. Cabe decir que, además, tienen menú infantil (el equivalente a media ración) y una alternativa clásica, el bikini. Un detalle a tener en cuenta ya que a menudo es difícil encontrar sitios que tengan presente la barriga de los más pequeños. También tienen diferentes entrantes y acompañamientos para completar los platos principales y un buen surtido de dulces japoneses para disfrutar los postres.
Las raciones principales son abundantes y sabrosas. Los días laborables, un plato de la carta con acompañamiento y agua cuesta 9,90 €. Un precio excelente que paga una comida a la altura. Comer por menos de 10 € euros en la parte alta de Barcelona, en un espacio tranquilo, agradable y con un trato amable es una fantasía hecha realidad que no he visto en ningún otro lugar de la ciudad.