Barcelona está llena de buenos restaurantes. Algunos son fondas familiares con décadas de tradición; otros son establecimientos modernos con pocos meses de vida que abren decididos a triunfar; y hay otros que se ubican en hoteles y que a pesar de ser menos conocidos, ofrecen una calidad excepcional. Así es el restaurante Solc, ubicado en el hotel Majestic de Barcelona.

Un invitado especial

El restaurante Solc ha tomado este año el relevo al Via Veneto en la tradicional comida de Navidad que celebra la DO Cava para explicar los resultados del año. Una comida que reunió una cuarentena de periodistas y durante el cual el presidente de la DO Cava, Javier Pagès, anunció la bajada de ventas de la compañía y el aumento del valor del cava producido.

Ñoqui de calabaza con vieira restaurando Solc foto Oriol Foix
Ñoqui de calabaza con vieira / Foto: Oriol Foix

Con respecto a la comida, lo primero que hay que tener en cuenta es el gran número de asistentes a quien se sirvió durante la comida. Más de 40 comensales son todo un reto para cualquier restaurante, pero servir a tanta gente en una comida maridada con 6 cavas diferentes (cada uno con su propia copa), 7 platos de un menú especial para la ocasión (con cambio de cubiertos en cada plato) y con varias rondas de preguntas y explicaciones en medio, es un reto logístico mayúsculo. Además, entre plato y plato, el sumiller Ferran Centelles, quien fue mano derecha de Ferran Adrià en el Bulli, explicó detalladamente los cavas servidos durante la comida; 6 cavas de Guarda Superior Paraje Cualificado, los mejores de toda la gama de cavas que tiene la DO.

Caneló de pollo restaurando Solc foto Oriol Foix
Canelón de pollo / Foto: Oriol Foix

Un espacio pulcro y clásico, con decoraciones de mármol y muebles majestuosos, donde trabaja un profesional equipo de sala que ejecutó su trabajo a la perfección

Platos excepcionales

La comida empezó con un ñoqui de calabaza con vieira maridado con un cava Vins el Cep, el espumoso que abrió camino en los cavas biodinámicos. A continuación, un Alta Alella acompañó la extraordinaria croqueta de gamba de Vilanova; una croqueta perfecta, con el punto crujiente por fuera y la cremosidad y todo el sabor de gamba en el interior. El último de los entrantes fue la coca de manzana caramelizada con foie gras, un plato extraordinario maridado con un cava Pere Ventura.

Como platos principales, el canelón de pollo de granja con crema de trufa, maridado con un cava Codorniu Ars Collecta El Tros nuevo, hizo las delicias de todos los comensales. Como plato de pescado, la dorada con costra de oliva pil-pil y aire de zanahoria, una delicia acompañada de un Vinos Familia Ferrer de Can Sala. El último plato antes de los postres fue un homenaje a Fermí Puig: un cabrito excelente maridado con un Juvé & Camps al mismo nivel. De postre una reinterpretación de la miel y mató con diferentes texturas y sabores que combinan a la perfección.

Miel y mató restaurando Solc foto Oriol Foix
Miel y mató / Foto: Oriol Foix

La comida se celebró en la elegante sala del restaurante Solc, un espacio pulcro y clásico, con decoraciones de mármol y muebles majestuosos, donde trabaja un profesional equipo de sala que ejecutó su trabajo a la perfección. No es nada fácil organizar una comida de estas características, y haberlo conseguido clavando cada detalle y sirviendo unos platos exquisitos y que llegaban calientes a mesa es un hito excepcional.