De todos los bocadillos que se hacen y se deshacen, el bikini es, quizás, el más sencillo y, al mismo tiempo, el más eficaz. Y la clave radica en las cosas invisibles que lo hacen una delicia, como la mantequilla o la mayonesa con las que se restriegan las rebanadas de pan a fin de que queden más crujientes y buenas. De la misma manera, al Jacaranda, donde hacen un bikini espléndido, los intangibles han hecho que se convierta en un referente del barrio de Horta.

"Somos una propuesta sencilla que tiene mucho trabajo detrás, y eso es precisamente lo más importante: aquello que no se ve. Sentimos una enorme responsabilidad, aunque a veces parezca que solo hacemos cafés", explican el Orlando y Julia, la pareja que acaba de celebrar los 4 años del Jacaranda y que dejó la fotografía para incorporarse a la hostelería. Hacía tiempo que tenían pensado que llamarían así su cafetería, como el árbol tropical de flores violetas, cuando un día paseaban por el barrio de Horta y vieron un local al pie de dos jacarandas. "Estaba hecho polvo, pero nos pareció el sitio adecuado, y no hicimos ni estudio de mercado ni nada".

La ola expansiva del buen café ha remojado por completo Horta gracias al Jacaranda y lo ha hecho de la mejor manera: con el objetivo claro de hacer barrio y de hacerlo bien

Lejos de parecer una cafetería de especialidad que mira solo hacia el cliente foráneo, Jacaranda nace y crece en un barrio que muchos barceloneses no pisan nunca y que a los turistas no les queda nada de paso. La ola expansiva del buen café ha remojado por completo Horta gracias al Jacaranda y lo ha hecho de la mejor manera: con el objetivo claro de hacer barrio y de hacerlo bien, pensando en qué meten entre pan y pan, al hacer toda la bollería casera y de nivel (su rollo de canela, con un buen toque de café, es una maravilla que sirven calentita), al aprender a escoger y a hacer café (cosa que agradecen al maestro Kim Ossenblok y al equipo del tostador barcelonés Nomad Coffee).

Rollos de canela Jacaranda / Foto: Rosa Molinero Trias

"Cuando nos piden un bikini nos preguntan si solo es de jamón y queso. Contestamos que sí, que más o menos, y cuando lo prueban se llevan una sorpresa", dicen. Porque, aquí, el jamón es de verdad, el pan no es industrial y el queso tiene nombres y apellidos. El secreto del bikini es eso y todavía más: el jamón es prosciutto cotto italiano, el pan es una focaccia de hierbas y el queso es una combinación de crema de queso y mozzarella, y añaden un pequeño contrapunte dulce con un poco de membrillo. "Constantemente buscamos mejorar nuestra oferta y lo hacemos buscando productores, productos y proveedores que nos gusten con el fin de darles visibilidad. Eso se nota en nuestra propuesta, de que ha ido evolucionando con el paso del tiempo. Ponemos el gusto y la calidad por encima de cualquier otro criterio", explica la pareja, y este bikini es una buena prueba de eso.

Las empanadas del Jacaranda / Foto: Rosa Molinero Trias

Además, también hacen empanadas del Perú, que es el país de origen del Orlando (Julia es de Honduras), de ternera gallega ecológica con cebolla, que trae un toque mágico de azúcar hielo por encima; de pollo de corral con ají amarillo; o, la vegetariana, de queso provolone con tomates al horno, champiñones con ajo y un toque de mantequilla francesa. La masa, rubia por|para el efecto del horno, es tan sabrosa como la farsa, y tiene un punto crocante que la hace adictiva. Pasteles, galletas, alfajores peruanos con dulce de leche casero, cruasanes y otros bocadillos rematan la oferta del Jacaranda, que está coronada por una pequeña despensa de productos que te gustará llevar|traer a cualquier celebración y que anhelarás comérselo antes de que llegue el día. Tienen cervezas artesanas, kombuchas de Bioma con hierbas medicinales locales, panettone, concentrado de chai de Black Sense, zumos gallegos de Zumiño, y panettone de las hermanas Pavolucci. En definitiva, al Jacaranda irás, comerás y te llevarás un bocado delicioso de su filosofía gastronómica.