En Barcelona hay más de 200 pizzerías*. Aproximadamente, una pizzería por cada 8.000 habitantes. ¿De todo este gentío, a quien le gusta la pizza y la consume de forma habitual? Yo diría, como mínimo, que exactamente a un 75%. Es indiscutible: la pizza nos ha enamorado. Hemos dejado atrás los oscuros años 90, cuando la pizza de varias cadenas franquiciadas era la única oferta disponible, junto con la pizza de supermercado. Hoy, en Barcelona se fermentan buenas masas, llegan ingredientes de calidad para condimentar las pizzas que se hornean de manera óptima y con maestría. Y una de estas buenas pizzas es la de Nonno Zacca, que es bien singular.
La pizza de Nonno Zacca es pizza in teglia, es decir, una pizza que se cuece una bandeja rectangular en un horno eléctrico. Es una especialidad romana y tiene la virtud de ser buena todo el día: mientras que la pizza napolitana es perfecta para comer al momento, pero va perdiendo su gracia a medida que pasan los cuartos de hora, la pizza in teglia nace para ser admirada desde una vitrina y, una vez haya encontrado a su comensal, pasará brevemente por el horno para tomar temperatura. No se resecará, sino que cogerá un punto crujiente por la base y los bordes que la harán todavía más deliciosa. Ahora bien: la rotación es intensa en Nonno Zacca y las pizzas se acaban constantemente, dejando lugar a nuevas hermanas que guiñarán el ojo a los peatones que pasen por este rincón del Eixample Esquerre, tras la Escuela Industrial.
La pizza in teglia nace para ser admirada desde una vitrina y, una vez haya encontrado a su comensal, pasará brevemente por el horno para tomar temperatura. No se resecará sino que cogerá un punto crujiente por la base y los bordes que la harán todavía más deliciosa
En el centro, la masa es esponjosa, de un dedo de grosor, pero nada pesada, sino al contrario: es precisamente la masa de Nonno Zacca la parte más adictiva de sus pizzas. Por la textura, por la capacidad de recoger perfectamente los ingredientes que lleva encima, por su sabor bien sabroso (por fin una masa como la de Ferribottu, ¡que tiene sabor de alguna cosa!) y para adquirir esta fina superficie ligeramente crocante.
Tienen para omnívoros y para vegetarianos: de berenjena y pimiento al horno, calabacín, stracciatella y setas; de tomate cherry, pesto casero y stracciatella; de jamón ibérico, pecorino romano, stracciatella y espinacas; de crema de calabaza, sobrasada de Can Company y shiitake; de roast beef y espinacas; de patata y romero; de variados de setas; de chorizo picante, perejil, tomate y queso; de pulled pork y patatas; de patatas, butifarra, mozzarella y semillas de hinojo; la pizza cerrada, como un sandwich, de vitello tonnato, para que la salsa impregne bien el pan; o, simplemente, la margherita o el crostino, de mozzarella y jamón dulce. Y todavía más.
Es precisamente la masa de Nonno Zacca la parte más adictiva de sus pizzas
Solo hay que acercarse al escaparate de Nonno Zacca, en la calle París, 79, de 8 de la mañana en 10 de la noche, para sentir la duda infinita: no sabrás qué pizza escoger.