Me niego a defender que la excelencia y el lujo van cogidos de la mano. De hecho, muchas veces pienso que lo que tiene más calidad se esconde en lugares insospechados, simples y que, a ojos del gran público, pasan de lo más desapercibidos. Por eso, cuando me cruzo con un restaurante como The Pan's Club, esta teoría sale todavía más reforzada.
La mejor quiche del mundo por 5 euros
Fabie y Franck son los que crearon el concepto en 2015, cuando se asociaron con la chef francesa Chloée Saada, reconocida a escala internacional, para diseñar el exclusivo menú de The Pan's Club. Después de años de muchos esfuerzos, y con una pandemia de por medio, en marzo de 2022 se alzaron con el premio a la mejor quiche del mundo.
El menú es exclusivo, eso es lo que corroboró ahora hace un año el jurado de París que probó decenas de quiches y se decantó por esta de Catalunya. Ahora bien, el precio es todo lo opuesto a privativo. Y es que por solo 4,90 € puedes probar la mejor quiche del mundo.
The Pan's Club refleja a la perfección que la combinación de lo sencillo y la calidad es sinónimo de éxito
Los detalles de la mejor quiche del mundo
Ubicado en la plaza de la Llana, 16, en el Born, este restaurante ofrece casi una veintena de quiches diferentes. Ahora bien, la que entra por los ojos a la mayoría de los clientes es la quiche La Verde, o en otras palabras, la mejor quiche del mundo. Los tres ingredientes principales son las espinacas frescas, el queso de cabra y el bûche de chèvre, un queso DO francés de la región de Poitou-Charentes.
La quiche La Francesa será la que Fabie y Franck presentarán al concurso este año, con la intención de conquistar por segunda edición consecutiva el título a la mejor quiche del mundo. La Francesa es muy diferente de La Verde. Hecha de champiñones frescos de París, bacón y queso emmental IGP de Auvernia, esta quiche aspira a suceder el trono mundial.
The Pan's Club, un local rompedor
Rompedor, discreto y pequeño. Así definiría The Pan's Club, un sitio que si pasas por delante no llama mucho la atención especialmente. Y, aunque no lo parezca, es una maravilla. Porque la excelencia no es el envoltorio, sino lo que hay dentro. La excelencia es el producto que venden, delicioso e increíble, y quien entra al local, bien que lo descubre.
La comida, que es lo que se esconde tras el ojo ingenuo, es lo que hace grande a un restaurante. No su aspecto desde fuera, los precios o el espacio. No tienen mesas de lujo; de hecho, son pequeñas y están empotradas a la pared con taburetes para sentarse. Así, no es un espacio de lujo, pero la comida sí que lo es.
Los propietarios están comprometidos a servir a los clientes únicamente productos locales y orgánicos, a excepción de los quesos, que siempre cumplen con los requisitos DOP o IGP. Elaboran platos frescos y de calidad, lo que implica que no cocinan más de 50 menús cada día. El menú se elabora con ingredientes frescos seleccionados de granjas sostenibles y pequeños productores ecológicos.