La cocina japonesa que se sirve en Barcelona ha cambiado mucho 18 años acá. Hoy, en esta mayoría de edad, podemos decir que hemos aprendido muchas cosas, como utilizar los bastoncillos y a saber apreciar el tofu (¿o todavía no?). Y hay una que tenemos bien clara: que Japón no se alimenta de sushi diariamente, sino de guisos que tienen que ver más con un fricandó que con un trozo de pescado crudo. Y esta cocina más común, más del día a día, la encontramos en Cuina Japonesa, en el barrio del Camp del Arpa.
Restaurante Cuina Japonesa: plato combinado al estilo nipón
Recuerdo los primeros karaage, oyakodon y curris en la taberna Kikuchan, que fueron mi puerta de entrada a una gastronomía que me fascinaba cuando la veía en toda aquella retahíla de series de anime que los niños de los 90 engulleron tarde tras tarde. De hecho, hace más de 40 años que la ciudad recibió los primeros nigiris de manos del itamae Minoru Nishiyama, que los preparaba en el primer restaurante japonés de todo Catalunya: Tokyo Sushi, todavía hoy en la calle Comtal, 20.
En Cuina Japonesa tienen una única opción, que varía cada día, y que se denomina teishoku. El teishoku es un tipo de plato combinado, pero a la japonesa, y más completo. Todos al mismo tiempo, en una misma bandeja, se sirven una sopa, un encurtido, una ensalada y un plato principal, usualmente sobre una base de arroz o de fideos. El concepto de teishoku tiene raíces en el ichiju-issai, que quiere decir 'una sopa y un plato', y que es el tipo de manjar que se ofrece en los templos Zen y que se extendió en el mundo secular, en bares y restaurantes familiares.
En Cuina Japonesa tienen una única opción, que varía cada día, y que se denomina teishoku. El teishoku es un tipo de plato combinado, pero a la japonesa, y más completo
Un menú exquisito por solo 12 euros
La Yukari, la propietaria y cocinera de Cuina Japonesa, prepara los platos típicos que configuran un teishoku, previa reserva, con el fin de evitar el despilfarro alimentario y de recursos. Yo comí un espléndido tonkatsu, dos filetes de cerdo rebozados, sobre una capa de huevo y cebolla ahogada, ambos condimentados con una salsa a base de salsa de soja y mirin. La acompañaban una sopa de miso con trozos de aburaage o tofu frito; unos trozos de berenjena marinada con una salsa de miso dulce y albahaca; una pequeña ensalada de hojas de lechuga y tomates cereza con salsa gomadare, a base de pasta de sésamo; y un pequeño bocado dulce que consistía en unos granos de uva y dos trocitos de melón. El menú, que incluye el agua, cuesta 12 €.
Si dicen que la cocina cotidiana es la cocina que define a los pueblos y, si miramos los teishoku que sirven a Cuina Japonesa, veremos que es bien cierto. Porque si pensamos en Japón como un lugar aseado y arreglado, los diferentes platos y boles que se alzan sobre la bandeja que me colocaron simétricamente en frente, son Japón. Y aquella barra en forma de U donde estaba sentada, como en un episodio de Midnight Tokyo, pero con una luz más poderosa y blanca, también están Japón. Y el hecho de que Cuina Japonesa se encuentre justo en medio de un pequeño centro comercial de barrio, con que aunque tenga más aires de galería benjaminiana que de espacio turbocapitalista, también es Japón.