Lo primero que echamos de menos cuando nos vamos de viaje al extranjero es, indiscutiblemente, el embutido. Quién no ha deseado una rebanada de pan con tomate con jamón mientras ha estado de vacaciones en Moscú, de Erasmus en Berlín o de viaje de negocios en Estambul. Pero lo que echamos de menos no es el embutido barato; es aquel paquetito envasado al vacío de jamón lustroso y suculento. Y es precisamente eso lo que encontramos en este pequeño local de tapas centrado exclusivamente en el mejor producto ibérico del mundo.
Producto ibérico de primer nivel
El restaurante Reserva Ibérica abrió puertas a finales del año pasado con el objetivo de acercar al público de Barcelona el mejor producto ibérico de todos: el jamón de cerdo ibérico 100% de bellota. Reserva Ibérica empezó siendo una tienda y ahora ha dado el salto a la restauración. Pero el local, ubicado en la Calle Aragó, a la altura de Rambla Catalunya, tiene más alma de charcutería que de restaurante tradicional. Lo primero que encontramos en la entrada es un precioso escaparate lleno de productos ibéricos que conduce al pequeño comedor de detrás; una sala con algunas mesas donde caben una veintena de personas.
Manuel es quien se encarga de seleccionar personalmente todas las piezas de jamón que venderá en las tiendas
El artífice del proyecto es Manuel López, fundador de Reserva Ibérica y experto maestro jamonero. Desde bien pequeño, en el puesto de jamón que su familia tiene en la Boqueria, Manuel ha crecido entre embutidos. Con solo 14 años ya ayudaba a su padre en el negocio; un negocio que lo cautivó y que no ha dejado desde entonces. Manuel es quien se encarga de seleccionar personalmente todas las piezas de jamón que venderá en las tiendas, repartidas entre Barcelona, Sant Cugat y el extranjero, y lo hace directamente sobre el terreno, poniendo la nariz en los secaderos de jamón de Extremadura. Guijuelo, Dehesa y Jabugo son la Santísima Trinidad del jamón en Reserva Ibérica.

Diferentes productos con denominador común
En el restaurante se puede comer desde un plato de jamón hasta unas anchoas, pasando por cortes de carne ibérica de primera calidad o copas de vino de diferentes regiones. El jamón, como no podía ser de otra manera, es el protagonista absoluto del local. Todas las piezas son de cerdo ibérico 100% alimentado con bellota. Manuel tiene muy claro que el producto que ofrece, tanto en la tienda como en el restaurante, tiene que tener unos estándares de calidad que hagan justicia al prestigio que merece el producto. Además de jamón, también se pueden probar otros embutidos, todos ibéricos, y otras tapas clásicas elaboradas con la misma filosofía. Las croquetas de jamón, por ejemplo, son de las mejores de Barcelona, con una cremosa bechamel con trozos de ibérico y una fina rebanada de jamón encima. También destacan las bravas, crujientes, cremosas y con el punto de picante justo. Las anchoas también son excelentes, procedentes del cantábrico y con un punto suave de salazón. Como colofón de la comida, los platos de pluma o presa ibérica, entre otros, se sirven cocidos al punto justo para saborear todos los matices de una carne muy difícil de encontrar fuera de establecimientos especializados como este.