En Barcelona no falta estilo: uno que la visita encuentra que la ciudad tiene una estética conmovedora, única y memorable. Y eso se traslada también a sus restaurantes de las maneras más diversas. Aunque últimamente parece que se impone una tendencia en términos de interiorismo, cada local bien diseñado consigue ser bastante un espejo de Barcelona. Nos guste o no, los restaurantes que hay en nuestras calles nos representan.
Bar Mut: a medio camino entre el bar de tapas y los bistrots parisinos
Por este motivo siempre es una alegría encontrar espacios como el Bar Mut, a medio camino entre el bar de tapas, los bistrots parisinos y los clásicos neoyorkinos (es fácil de imaginarse a la Carrie Bradshaw haciendo unos golpecitos en el cristal de fuera), con una barra de mármol jaspeado que contrasta con la oscuridad del mobiliario, pizarras, baldosa hidráulica y una iluminación perfecta. Obviamente, este envoltorio no se sostendría sin un contenido que lo alimentara, y en el Bar Mut el alimento es excelente.
La clara apuesta por el producto se nota ya a la lectura de la carta, corta y directa, con el criterio de priorizar platos que combinan tradición con las mejores capturas del mar y las recetas de aquí (salvando el tiradito de cerviola) que hacen brillar los ingredientes, como los berberechos, servidas al punto con salsa verde. También la navaja mar y montaña, las delicadas kokotxas al pil-pil (con trufa o sin), la vieira con papada y café de París, golosa, pero que desaparece un poco ante la contundencia de la salsa y el cerdo, el arroz de lonja, los fideos a la cazuela o el pescado del día. En este caso, un mero delicioso, servido a la brasa y al pil-pil.
Ante la dirección de la cocina hay dos talentos jóvenes pero expertos: Dídac Closa, que lleva un par de años tras los fogones del Mut, y el cocinero Xavi Gómez, que había sido jefe de cocina en el Alkimia de Jordi Vilà durante una pila de años (y de allí también llega el fichaje más reciente a la sala, Ricardo Aguilar, un profesional eficaz, atento y cálido).
La clara apuesta por el producto se nota ya a la lectura de la carta, corta y directa, con el criterio de priorizar platos que combinan tradición con las mejores capturas del mar y las recetas de aquí que hacen brillar los ingredientes
Su maestría en las bases y la paciencia en los fondos ponen la marca de la casa en un restaurante que enamora al turista, pero que se ha convertido en un lugar fundamental y de cabecera para los barceloneses y para todo el mundo por todo el país. Saben que aquí encontrarán cada día de la semana una cocina bien resuelta, que gusta y que es una apuesta segura.