Hay una manera muy sencilla de no aburrirse en Barcelona: ir saltando de restaurante chino a restaurante chino y probar sus especialidades. La ciudad vive hoy una explosión de cocinas de toda la China que satisfacen los gustos de los gastrónomos que buscan autenticidad y descubrir nuevas recetas. Y todo eso se encuentra en el restaurante Yi Pin Lanzhou Noodles.
Aquí hacen una cocina, principalmente, del nordeste de China. Por ejemplo, tienen una sopa de Lanzhou, con fideos delgados, con ternera, ligeramente sazonada, aromatizada con cilantro, que recuerda en un phò vietnamita, y brochetas hechas a la parrilla, una especialidad de la cocina china más septentrional, con delicias como las albóndigas de calamar, el tofu con sabor de marisco o las aletas de pollo con mucho comino. Pero también hay otros platos, como el rougamo, uno de los bocatas más típicos de China, la ensalada de yuba (una piel de soja) o la de oreja de cerdo o el huevo de té. La especialidad de la casa son, además, los fideos, y los cocinan un mix de agrios y picantes, al estilo de Pequín e, incluso, con intestinos de cerdo.
Durante la visita, optamos por las llamadas brochetas y también para comer carcasas de pollo marinadas, frías, en un condimento salado y picante, que hacen un aperitivo entretenido y sabroso, para ir limpiando mientras llegan los platos calientes, y así como las cortezas de cerdo en gelatina, que llegan a mesa frías y con una salsa a base de salsa de soja y ajo para ir remojándolas.
Aparte de las brochetas, que pueden pedirse por unidad y son muy baratas (entre 1 € y 2,2 €), pruebo estos fideos de Lanzhou, una ración abundante servida en un bol donde me cabe la cabeza, con caldo para nadar (y si quieres más, te servirán más).
Aquí hacen una cocina del nordeste de China. Una sopa de Lanzhou, con fideos delgados, con ternera, ligeramente sazonada, y brochetas hechas a la parrilla, una especialidad de la cocina china más septentrional, con delicias como las albóndigas de calamar, el tofu con sabor de marisco o las aletas de pollo con mucho comino
Si la cocina china estimula tu curiosidad, aquí volverás: aunque la carta no tenga aquella centena habitual de muchos restaurantes chinos, es lo bastante larga e interesante para querer probarla entera. Las opciones de brochetas son infinitas: tendones de ternera o de cordero, riñón de cordero, langostinos, setas enoki, butifarra taiwanesa, lechones de pollo, corazón de pollo y también tocino.