La gastronomía italiana, con el permiso de la catalana, es la más popular del país. Es difícil hacer un plato de pasta o una pizza que no sean buenos, por eso hay restaurantes "italianos" en cada esquina. Pero para probar la auténtica cocina casera de Italia, la que elaboran de verdad los italianos en su casa con productos de primera calidad, hay que ir a encontrar los lugares más gourmets de la ciudad. Fortines de la buena cocina que no tienen nada que ver con la pasta mediocre que has comido hasta ahora.
Alma italiana
Ubicado en la calle de Atenes, en Sant Gervasi, el restaurante Capú es uno de los restaurantes de referencia para los amantes de la auténtica pasta italiana de Barcelona. Un local pequeño y acogedor con una gastronomía de primer nivel, que se resguarda en una esquina tranquila junto al tráfico de la zona alta de la ciudad. La entrada es recogida, con una pequeña barra al fondo y una pared llena de botellas de vino a mano izquierda. A la derecha, cuatro peldaños suben hasta la sala principal del restaurante, un espacio pequeño, para unas veinte personas, con una decoración sencilla y elegante. Las fotos de algunos de los rincones más míticos de Italia y el talante genuino de la camarera, Francesca Capuano, te recuerdan en todo momento que este no es un restaurante italiano convencional.
Pasta auténtica
La oferta del Capú es bastante variada. Si bien es cierto que los platos estrella son los de pasta, si te apetece un risotto, un plato de carne o uno de pescado, lo puedes pedir. Las raciones no son especialmente abundantes, pero sí que atiborran bastante. Mi recomendación es que pidas uno o dos entrantes (la ensalada de burrata y la focaccia son excelentes) y después un plato de pasta y unos postres. Nosotros pudimos probar diferentes platos y acabamos bien llenos. El servicio es un poco desordenado, pero al final todo te acaba llegando a la mesa y el sabor de la pasta compensa cualquier perjuicio.
La carbonara que sirven en el Capú es la más auténtica de la ciudad; cremosa, con el guanciale crujiente y el punto picante de la pimienta negra, es una auténtica delicia
En la cocina, Gennaro di Fiore se encarga de hacer platos clásicos con un sabor increíble. El único secreto son los productos italianos de primera calidad que utilizan (desde la pasta hasta las verduras o las salsas) y el excelente dominio de la sencilla, pero delicada, técnica de la cocina italiana. La carbonara que sirven en el Capú es la más auténtica de la ciudad; cremosa, con el guanciale crujiente y el punto picante de la pimienta negra, es una auténtica delicia. La pasta rellena u otros platos como la parmigiana de berenjena también son excelentes. De postre, el tiramisú es el rey de la casa, aunque también puedes pedir canoli siciliano o babba napolitano. Un auténtico placer para el paladar que te transportará a Italia sin salir de la ciudad.