La cocina tradicional catalana es la mejor cocina del mundo. Donde haya un fricandó, un trinxat o una buena esqueixada, que no se pongan sushis, kebabs ni pizzas. Pero la cocina de siempre a veces tiene un problema: se puede hacer repetitiva. Si eres de los que disfruta de lo lindo con los platos de siempre, pero tienes ganas de probar alguna cosa nueva, el Maranpau es tu restaurante. Un local que está cambiando la manera de concebir la cocina catalana de toda la vida.

Un espacio emblemático

El Restaurante Maranpau se ubica en la parte alta de la Rambla Catalunya, casi tocando a Diagonal. Una situación privilegiada donde a menudo es difícil encontrar buenos sitios para comer. A pesar del trasiego de la zona, el Maranpau es un refugio ideal para los amantes de la buena gastronomía. Con un menú por menos de 20 € y una anchísima variedad a la carta, se trata de un lugar fantástico para probar con la pareja, con los amigos o un mediodía cualquiera con los compañeros del trabajo. El restaurante debe su nombre a los tres hijos de una de las propietarias del local: Marc, Anna y Pau, que combinados dan nombre al Maranpau.

Lejos de estar lleno de turistas, está poblado de abuelas del barrio que hacen la tertulia con un café

Lo que más llama la atención cuando llegas al restaurante es la gran terraza que hay en la Rambla Catalunya. Un reclamo para los más curiosos que invita a entrar y hacer al fisgón. Un espacio, por cierto, que lejos de estar lleno de turistas, está poblado de abuelas del barrio que hacen la tertulia con un café. La decoración en el interior es de estilo industrial, con paredes de ladrillo y cañerías grises que combinan con algunos detalles y los muebles de madera. El pasillo de la entrada, con cuatro mesas a cada lado, da paso a un espacio mayor presidido por una barra que hace esquina. El local tiene el equilibrio perfecto entre elegante e informal, con una música ambiente y una iluminación cálida de lo más agradables.

Cambiar la cocina catalana

En el Maranpau hacen cocina mediterránea con toques industriales. Dicho de otra manera, cocinan los platos de siempre, con los ingredientes de siempre, pero con un concepto completamente cambiado. La oferta de la carta es anchísima, quizás un poco demasiado, pero el menú de mediodía, por un precio de 19,45 €, es una opción ideal. Si vas al Maranpau, sin embargo, tienes que saber que conviene ir sin prisa. No solo porque sea un espacio relajado, sino porque la espera entre plato y plato se puede llegar a hacer larga. Un servicio lento, pero amable, que se encarga de hacerte llegar unos platos deliciosos y de lo más innovadores.

El canelón de calabacín del Maranpau es un plato equilibrado y sorprendente / Foto: Emma Porta
El arroz con leche no es lo que parece y esconde unos trozos de mango bajo una densa capa de dulce / Foto: Emma Porta

Uno de los platos que más nos sorprendió es el canelón de calabacín relleno de gamba y bogavante. Una fusión deliciosa entre sabores del mar y del huerto. Los guisantes con jamón, en el Maranpau, son guisantes con velouté de ternera y espuma de espinacas. Y el arroz con leche se convierte en unos postres con mango, crujiente de arroz y azúcar caramelizado. Platos alternativos en los cuales encuentras sabores familiares combinados con texturas modernas y sorprendentes.