Ciè ciè, en chino, quiere decir 'gracias'. Y desde aquí las doy, porque estoy inmensamente agradecida de la existencia de este local. El restaurante Ciè Ciè es de los pocos lugares donde se puede probar la cocina de calle y de callejón de Shanghái y de Hong Kong en Barcelona.
Las dos son ciudades donde las cocinas nunca se detienen. En Shanghai, donde tienen mil y un platos de desayuno, dulces y salados, fritos y al vapor, hay sitios donde se ofrecen durante 24 horas, sin parar. En Barcelona, la legislación limita la actividad hostalera hasta en torno a las tres de la madrugada, pero siempre tendremos una churrería dispuesta a satisfacer nuestras necesidades. Al fin y al cabo, en Shanghái también se come un tipo de churro, sea de madrugada o ya subido el día (el yóu tiáo) y, para más inri, está hermanada con Barcelona.
Para disfrutar de las delicias de Hong Kong y de Shanghái, tendremos que dirigirnos en un horario más normal, de 13 h a 16:30 h y de 19:30 h a 23 h, en el Ciè Ciè, donde encontraremos ítems de la cocina china que salen del menú clásico de Zhejiang, la provincia de donde provienen la mayoría de nuestros vecinos de origen chino.
El restaurante Ciè Ciè es de los pocos lugares donde se puede probar la cocina de calle y de callejón de Shanghái y de Hong Kong en Barcelona
Por ejemplo, tienen los famosos xialongbao, los famosos farcellets al vapor (y también los que se fríen) llenos de carne y de caldo, o el sencillo pero sabroso pollo hervido con especias y salsa de soja, el arroz con guiso de ternera y huevo, la albóndiga con un fondo oscuro y dulce o el tocino cocinado lentamente, cortado a dados, dulce y salada. De hecho, una cosa a tener presente es que ambas cocinas tienen en común un gusto especial por la dulzura, que contrasta con matices sazonados y salados, pero con un predominio del sabor que deja la miel o el azúcar de roca.
El apartado de fideos y sopas es para aplaudir. Hay con intestino de cerdo y salsa de ostra, en un mar y montaña contundente, con tofu picante, cerdo y cacahuetes, y también los clásicos shanghainesos, sencillos pero adictivos, con cebollino.
Con respecto a bebidas, me sorprendo mirando un hueso de té congelado cuando pido uno tiene frío con limón, y también al probar un refresco donde han puesto un trozo de limón seco y salado, que potencia el gusto cítrico de la bebida.
Un secreto: si llamas previamente y lo acuerdas, puedes pasar por una pescadería próxima, comprar el pescado y el marisco que más te guste, y te harán una propuesta de cómo cocinártelo.