Los restaurantes de hotel han tenido mala fama: durante años (y dejando de lado los alojamientos de superlujo), comida o cena en un hotel no era una opción que se contemplara más que en casos de necesidad casi extrema. En una ciudad como Barcelona, eso es lo de menos, porque la oferta gastronómica extramuros de los hoteles ha sido variada y satisfactoria. Ahora bien: por suerte, las cosas van cambiando y hoy los restaurantes de hotel no solo hacen servicio a los huéspedes desesperados para hacer un bocado, sino que se han convertido en un reclamo tanto por foráneos como por locales. Es el caso del restaurante Somni, en el hotel The One de l'Eixample.
El restaurante Somni: una cocina con voz propia y ejecución eficiente
Somni tiene muchas virtudes (tuve que pellizcarme al ver cuadros de Miró y Cuixart de camino hacia el lavabo), pero la más destacada es que ofrece cocina del país justo en medio de Barcelona. ¿Por qué encuentro que eso es importante? Porque si de verdad queremos poner de relieve el valor de nuestra cocina, tenemos que ofrecerla sin miramientos: que un restaurante de hotel abandere la cocina de aquí es una buena defensa a primera línea del hecho de que creemos en el recetario propio, en el hervor, en el mar y montaña, en el fricandó y el arroz a la cazuela y también algunos clásicos afrancesados que casi ya no se encuentran. Y tan bien lo hacen que sea lugar donde parar solo o con amigos, familia, pareja o compañeros de trabajo.
El artífice de todo es el cocinero Miguel Muñoz, con una dilatada trayectoria: muy joven empezó fregando platos y poco a poco fue avanzando en esta escalera larga que es el devenir a un cocinero competente, con voz propia y ejecución eficiente. Su profesionalidad lo ha llevado a ser el cocinero de la cadena H10 en la cual pertenece el restaurante Somni y el hotel The One.
Que un restaurante de hotel abandere la cocina de aquí es una buena defensa a primera línea del hecho de que creemos en el recetario propio. El artífice de todo es el cocinero Miguel Muñoz, con una dilatada trayectoria
En pie de calle, la sala del restaurante Somni se abre en el Eixample entre Provença y Pau Claris. Y verdaderamente, es un sueño hacer cucharadas de bisque de bogavante con crujiente de cabra de mar o el roll de aguacate con bogavante y una suave salsa de coco, un plato excelente que me transporta a la cocina de los 90. La carta vira hacia una tradición refinada con el bacalao con jugo de callos y garbanzos Pedrosillanos, la merluza al pil-pil con un toque picante y judía verde saltada, el canelón de asado, el jarrete confitado o un fricandó impecable (y una croqueta que a mí, que las croquetas no me apasionan, me pareció excepcional), por lo que vale la pena llegar hasta aquí.
Ahora que es temporada, escogemos el arroz de setas con perdiz en dos cocciones, que llega a mesa en el punto perfecto de textura y de temperatura, y muy sabroso. Sorprende encontrar el arroz con alcachofa, un plato del recetario doméstico que aquí hará las delicias de los veganos, acompañado de tomate seco y un alioli de ajo asado (los raviolis de champiñones a la crema con piñones y foie se pueden versionar para eliminar la animalidad). Para quien prefiera fideos en lugar de arroz, hay tocino confitado y vieiras, y también un fideuá negro con carabinero de buen tamaño.
De postres, recetas míticas como el vistoso pastel Alaska, caliente y frío y dulce, un tiramisú que se presenta como un canelón de gelatina de café relleno con los sabores de este clásico Italiano, o la opción más catalana: una crema catalana con helado de carquiñoles. ¡Buen provecho!