Por fin, el vino está de moda. Por todo Catalunya han abierto bares de vinos llenos de rescoldo, buenas referencias y hechos con un corazón joven, justamente aquello que necesitaba el mundo del vino, a veces demasiado serio, inmovilista y ramplón. En Vic, en el Gala Bar, se encuentra todo eso de bueno y todavía más: los platos que llegan a la mesa son una delicia a la altura de las mejores botellas de la casa.

El vino se ha posicionado como un reclamo importante para los gastrónomos que es capaz de movilizarlos y hacerles recorrer kilómetros. Ahora, la importancia ya no solo reside en la manduca, sino que se busca que bares y restaurantes tengan una bodega competente. Es el caso de Gala Bar, comandado por Irina Rifa y Ignasi Alemany, que tuvieron el acierto de levantar la persiana ahora hace casi 3 años.

Sugerencias del día – Gala Bar – Rosa Molinero Trias
Sugerencias del día en Gala Bar / Foto: Rosa Molinero Trias

"Para nosotros, es como una pequeña casita, como si fuera el comedor de nuestro hogar"

"No somos ni cocineros ni sumilleres, no hemos estudiado, pero acabamos en este mundo porque nos apasiona", explica Irina, que conoció el mundo del bar y del restaurante mientras cursaba Filología catalana. "Ignasi, que viene de familia de hostaleros, lo llevaba dentro". Como pareja, buscaban trabajo juntos para poder conciliar mejor la vida personal, hasta que se presentó la oportunidad de arrancar un proyecto propio donde poder dar vida a la idea de que hace latir el Gala y, también, unas mejores condiciones.

Bravas – Gala Bar – Rosa Molinero Trias
Bravas del Gala Bar / Foto: Rosa Molinero Trias

Hablemos de los platos del Gala: brochetas de lechales teriyaki, con una salsa bien medida que no tira a dulce ni empalaga; sus bravas, bien bravas, como tiene que ser; la tortilla de patata con queso y sobrasada, un revitalizante efectivo; los boletus con velo tocino, todo el sabor de la montaña potenciado por una membrana de grasa fina y sabrosa. De postre, un flan como es debido. Y para beber, aquel día, Pink Bulles, uno ancestral de gamay de Maupertuis, l’Encenedor de Benzina, 100% xarel·lo en bota de castaño de Enlaire Vins y la savagnin Sous la Roche 2019 de Ganevat.

"Escogemos producto bueno y lo manipulamos al mínimo. Hemos pasado de hacer bravas y bocadillos a trabajar con calamar de potera o boletus. Nos gustan los productos ligeros, que no tengan muchas capas, y que se nos pongan bien," dicen. Por lo que hace a vinos, destacan la influencia que ha tenido en ellos el distribuidor Jaume Jordà, y la curiosidad que ahora los mueve por conocer a los viticultores y sus proyectos de primera mano. "Es mucho más fácil vender si conocemos las personas y las viñas, como lo hacen y dónde".

Lechales teriyaki – Gala Bar – Rosa Molinero Trias
Lechales teriyaki del Gala Bar / Foto: Rosa Molinero Trias

Catalunya, Francia y Austria son los orígenes de la mayoría de vinos de su carta, un espacio que comparten con vinos de otros lugares del Estado y también de Italia. "Al principio costó entender que no tuviéramos vinos convencionales, así como nuestra apuesta por el café de especialidad".

Ignasi y Irina, en el Gala, se propusieron hacer una cosa muy difícil, y lo han conseguido: "queríamos que fuera como un bar social, queríamos crear una comunidad, que la gente que venga se sienta, de verdad, como en casa, bien tratada, y a gusto. De hecho, para nosotros, es como una pequeña casita, como si fuera el comedor de nuestro hogar".