Las máquinas de escribir, inventadas en el siglo XIX, revolucionaron la producción de documentos escritos al ofrecer una alternativa eficiente a la escritura manual. Este fue el primer gran cambio. Con su sonido metálico característico y su disposición de teclas, estas máquinas permitieron a escritores de toda clase aumentar su productividad y precisión. El segundo y último mayúsculo cambio vino de la mano de los teclados de computadora. Con ambos elementos hemos redactado los cambios de la humanidad y puesto sobre el papel todo aquello que hemos vivido. Ahora, sin embargo, la sostenibilidad es el alfabeto de las nuevas máquinas de escritura que aterrizan en Barcelona y a las capitales de todo el mundo con el objetivo de romper un final que parece inevitable. El restaurante Faire es uno de los escritores de este discurso, loables y honrados y uno de los más bonitos de la ciudad de Barcelona.
Restaurant Faire: una isla en medio del desierto
'Faire', el nombre del local, se puede traducir del francés y significaría el verbo 'hacer', en clara alusión a la acción que desde el restaurante impulsan, aunque ahora mismo estén como una isla en medio del desierto. Por otra parte, del inglés significa 'justo', en clara consonancia con la esencia y filosofía que los tres amigos de orígenes francés y turco revelan detrás de las puertas del Faire. Todo junto, 'hacer justicia'. Dos traducciones para las dos salas que componen el establecimiento: no comunican entre ellas, con una sola cocina central, pero ambas son Faire. Un espacio más de tapas, desayunos y brunchs, y el otro, que transpira la comida de las comidas y cenas y el rescoldo de los vinos.
Faire es un proyecto de restauración que va mucho más allá de su oferta gastronómica: refleja los valores de un estilo de vida inclusivo, con una auténtica filosofía de comunión con el entorno y con los proveedores de proximidad que, al mismo tiempo, pretende ser real con su creciente comunidad. Sin banderas, pero con muchas muestras de autenticidad, Faire es un restaurante pionero en Barcelona en cuanto a sostenibilidad. "Servimos una excelente experiencia de brunch vegetariano, con café de especialidad local y deliciosos platos caseros, elaborados con productos locales, ecológicos, frescos y esmeradamente seleccionados siempre que sea posible", explica Egeman Tevsanci, uno de los tres fundadores.
El enfoque vegetariano y vegano es el principal, pero no exclusivo, en una propuesta gastronómica dual rompedora y alentadora
Una filosofía slow food donde todo se elabora diariamente con ingredientes de proveedores locales y orgánicos. El enfoque vegetariano es el principal, pero no exclusivo. La leche de vaca, por ejemplo, proviene de la granja Selvatana y los huevos felices, de la granja Montsoliu. Yendo a contracorriente de la práctica del sector, a grandes rasgos. Con esta presentación, se entiende por qué este restaurante se llama Faire: un juego de palabras y una proyección pionera a entender que la restauración puede generar negocio de manera justa, con una huella medioambiental mínima y una relación con proveedores y clientes correcta y honesta.
Y lo ha hecho con una propuesta gastronómica dual, en un interesante ejercicio que adapta aquello que ofrece a los momentos de consumo. Así, durante las mañanas y mediodía, Faire muestra su esplendor en un formato brunch donde no faltan los clásicos del género, con preeminencia de las recetas vegetarianas y la única incorporación proteica de los huevos. A estos hits, como los huevos turcos, la shakshuka, la tostada de otoño con calabaza y calabacín asados, queso ricotta cremoso, piñones tostados, pipas de calabaza crujientes, aliño de menta fresca y mizuna o los pancakes.
Cuando cae la tarde, las luces se vuelven tenues y en Faire se despliegan platillos de corte internacional, pensados para compartir y para que la abundancia llene la mesa: desde hummus de berenjena asada para dipear, cannellini con alcachofas, baño con relleno de carne. Los vinos naturales hacen acto de presencia en una corta selección de referencias, pensada para conquistar tanto a apasionados por esta tipología de vinos como aquellos que buscan conocer y catar. Buscando una alta rotación, los vinos blancos, negros, orange y espumosos se incorporan y salen de esta carta según el criterio gastronómico.