El discurso del guionista Eduard Sola en la gala de los Premis Gaudí 2025 ha levantado mucha polémica. Detractores y aplausos a partes iguales. El mismo debate genera Barcelona, una ciudad que cuenta con miles de fanáticos por todo lo que ofrece, pero también partidarios de no pisarla nunca. Yo no me sitúo en ninguno de estos dos extremos, sino en un punto medio. Sobre todo gracias a los callejones preciosos del barrio Gótico que enaltecen la belleza de la capital catalana.

La Palma de Bellafila: un restaurante catalán para los catalanes

Una zona a menudo frecuentada por La Gourmeteria y que resalta sitios despampanantes como la bodega La Palma. Judit y Albert cogieron la bodega ahora hace unos veinte años, manteniendo la decoración original de este espacio casi centenario. Desde hace pocos meses, Judit y Albert cuentan con un hermano pequeño junto a esta bodega: el restaurante La Palma de Bellafila (C/ de Bellafila, 5). Habíamos hablado tan bien de la bodega que era el turno de visitar el restaurante para descubrir si la calidad gastronómica era la misma y qué se cocinaba.

Las sardinas marinadas con uva / Foto: Jordi Tubella

Abro la puerta del restaurante y me saluda amablemente a la Judit que se marcha enseguida hacia la bodega La Palma. Me quedo atendido por Albert, Alain y Jordi Parramon. Me fijo, de entrada, en un comedor a tres niveles y espaialment bien repartido con la posibilidad de comer en la barra, una opción cada vez más en tendencia a Barcelona. ¡Lo celebramos!

Platos de toda la vida con toques modernos / Foto: Jordi Tubella

La carta se desglosa en tapas y platos principales en una clara referencia a la cocina catalana, no solo la tradicional, sino la moderna y reformulada con toques actuales. Bien, disculpadme, exactamente no es cocina catalana: “A mí me gusta decir que elaboro cocina mediterránea”, me explica Jordi Parramon. “Es el recetario que hemos visto toda la vida, pero lo pongo al día”. Producto de proximidad y productores de confianza son las claves de esta nueva apertura en el barrio del Gótico.

La anguila fumada con manzana escalivada es el mejor plato / Foto: Jordi Tubella

Jordi es asesor: él no es el propietario del local, sino que es partícipe desde los inicios para hacer crecer los proyectos. Judit y Albert le llaman en junio y a partir de noviembre se pone a manos de La Palma de Bellafila para convertirlo actualmente y en solo dos meses en un restaurante excelente con platos rompedores e inimaginables.

Incluye a través de sutiles pinceladas una cocina de autor que caracteriza parcialmente los platos y la carta de La Palma de Bellafila donde se refleja la creatividad y el trabajo de Jordi. Después de haber tenido 3 restaurantes, ahora hace treinta y cinco años que se dedica a la asesoría culinaria y es todo uno maestro y en lo referente al sector. “Me implico al cien por cien, no solo en el diseño de la carta, sino que me quedo en los fogones formando el equipo hasta que ha entendido el sistema que quiero implementar”. Tomando nota y formándose para levantar a corto plazo el restaurante, encontramos Martina Pérez y Alain Salamano, entre otros, que aportan su importante granito de arena a consolidar este local.

Qué trozo de calamar relleno / Foto: Jordi Tubella

Adentrándosenos en los platos, me confiesa Jordi que es una carta volátil que puede cambiar cada día, ya que es en función de la temporada. “Antes de ir hacia el trabajo, cada día paso por el mercado y depende de lo que encuentro y lo que veo que me gusta, puedo añadir platos nuevos o modificar alguno”, ríe Jordi. Por cierto, solo tienen carta, sin opción a hacer menús de mediodía o degustación, pero sí que hay las sugerencias del día, en un ticket medio que puede rondar los 60 € muy aproximadamente.

El 90% de la clientela, me comentan, es catalana y “eso es una suerte y nos gusta mucho”. El turista no les molesta, “pero nos damos a la gente de aquí y apostamos por la gente local”, concluyen.

El pichón con olivas / Foto: Jordi Tubella

Al fin y al cabo, recito algunos platos que podréis probar visitando La Palma de Bellafila como las impresionantes sardinas marinadas con uva o uno de los platos que no te puedes perder como es el calamar relleno. ¡Buenísimo! ¡Pero hay mucho más, es espectacular el pichón con olivas o, para mí, el mejor plato de todos que son la anguila fumada con manzana escalivada y col. Es acojonante!

Lleno a más no poder, tengo que olvidar los postres, arrepintiéndome mucho, pero con la convicción de que me he sentido muy bien cuidado y de que volveré porque es de aquellos proyectos y restaurantes en los que confías y que tienes la convicción de que irá, incluso, a mejor.