Barcelona es la capital catalana de los inventos modernos y los restaurantes alternativos. Está muy bien tener opciones diferentes de los restaurantes tradicionales, pero saber dónde comer cuando quieres disfrutar de una cena tranquila con la cocina de siempre es imprescindible en una ciudad plagada de oferta. El restaurante Fauna, ubicado en el hotel Kimpton, es un rincón secreto donde se come muy bien y que solo visitan los que saben.
Una cena a la altura
En la primera planta del hotel Kimpton, en el barrio Gótico de Barcelona (C/ Duc, 15) hay un restaurante escondido del público. Se trata del Fauna, un espacio acogedor que ofrece cocina casera, con una presentación elegante y un producto cercano y de calidad. Llegar es un poco complicado, pero si sabes como hacerlo, la dificultad se convierte en ventaja porque puedes comer tranquilo sin que se abarrote el comedor. Ante el establecimiento, lo único que se ve es el letrero de 'Kimpton' en grande y un elegante trabajador de guardia en la puerta. Si te fijas bien, sin embargo, en un letrero más pequeño se ve el nombre de 'Fauna' y del resto de servicios que ofrece el hotel. El hotel, el 'Kimpton', tiene una oferta gastronómica diversa, la 'Casa de Vivi', dentro de la cual está el restaurante 'Fauna'. Un pequeño rompecabezas de nomenclaturas que no es complicado de entender y que vale la pena tener presente.
Se hace extraño llegar sintiéndote tan dentro de un hotel, pero las reticencias iniciales se esfuman tan pronto como entramos en el comedor
Entramos, subimos al primer piso, y entre habitaciones de hotel nos dirigimos al restaurante. Se hace extraño llegar sintiéndote tan dentro de un hotel, pero las reticencias iniciales se esfuman tan pronto como entramos en el comedor. Un espacio acogedor, con el suelo hidráulico, muebles de madera y mármoles negros que dotan de elegancia una sala que recomiendo visitar de noche. Las ventanas que dan en la calle, si fuera de día, iluminarían un espacio que invita a recogerse y a disfrutar de una comida íntima a la tenue luz de una pequeña lámpara de mesa. Se trata de una opción ideal para los huéspedes del hotel que no tienen que salir de noche en un barrio poco acogedor; una calle, sin embargo, que queda cerca del metro y que es tranquila si acabas temprano.
Si hay un producto que adoro con locura es la sobrasada, especialmente si es de cerdo negro y de Mallorca
Menú copioso, menú delicioso
En el restaurante tenemos la oportunidad de disfrutar de un menú degustación con platos muy diversos y con un mismo denominador común: producto local cocinado con afecto. Empezar una comida con una tostada de sobrasada es una manera excelente de ganarse mi confianza; si hay un producto que adoro con locura es la sobrasada, especialmente si es de cerdo negro y de Mallorca. Entre los platos principales, el más destacado es la croqueta de pato; una elaboración aparentemente sencilla, pero cargada de sabor y una textura excelente.
Los últimos platos, los fideos y las albóndigas, se pueden hacer repetitivos porque son platos densos y contundentes. Pero si los pides a la carta, con una ración única y personal, los disfrutarás de lo lindo porque están hechos con buen producto y son dignos de mojar pan. El restaurante merece también una mención especial para los vinos, especialmente para el primero del maridaje, un 'pet-nat' de la DO Alella; un tipo de vino, a medio camino entre espumoso y blanco, con una burbuja muy fina y una textura refinada.