De obrador de mermeladas a restaurante serio y reconocido con cara ojos. La evolución en cualquier negocio es fundamental y este restaurante no es una excepción. Top Catalan Restaurants, también conocida como Maite Escribà, se traslada a la población de Vila-rodona, en el Alt Camp, para captar la gastronomía se esconde en este preciado establecimiento.
El restaurante Llépol: una catarsis de transformaciones
El restaurante Llépol es un pequeño local situado en el pueblo de Villa-mujer, al lado del río Gaià y en la comarca del Alt Camp. Nace en abril de 2016, como obrador de mermeladas. Y fruto de una colaboración con un enólogo del pueblo empiezan a hacer catas y maridajes de vinos y comida. Aquí empieza la cocina y los platos, más allá de las mermeladas. En el 2018 reformaron la parte de la sala y los lavabos, que todavía eran almacén agrícola de los inicios. Al hacer la sala, se plantearon de abrir más allá de las catas, y abrir los fines de semana como restaurante.
La cocina que hacen y los vinos reflejan lo que les gusta. Intentan que todos los comensales se sientan como si estuvieran comiendo en casa de unos amigos. Hacer de pueblo, al fin y al cabo. Relajarse, sentirse cómodo y disfrutar de unos platos modernos y de casa, pero en un entorno bonito y diferente del cotidiano. Además, tan los productos como los vinos que utilizan, intentan que sean de temporada y sobre todo de proximidad. Cada semana la carta evoluciona, y puede cambiar, de la misma manera que el entorno también cambia.
Productos ecológicos y platos sensacionales
Esta experiencia transcurre en un garaje de una antigua casa de pueblo convertida en un pequeño restaurante. Un lugar muy especial a media hora en coche de Tarragona donde todo el mundo se puede sentir como el comedor de casa suyo. La Bet cocina con amor productos de proximidad y ecológicos mucho top y apuesta por vinos de bodegas vecinas.
¿Qué platos puedes encontrar en el restaurante Llépol? En la visita al local, la selección acertada fue la de trufas de queso y uva, con avellanas y mermelada; una ensalada de espinacas, cítricos y burrata; un canelón crujiente de calabaza, manzana, manitas de cerdo y trufa de otoño; una chuleta de ternera a baja temperatura con salsa de vino rancio de Vila-rodona y pimienta rosa; y, por último, un pastel de zanahoria con cobertura de nata ácida y mermelada de mandarina y pétalos secos de rosas.