Es la mejor experiencia gastronómica para mojar pan y hacer sobremesas largas en el barrio de Sant Antoni. Un restaurante que cuenta con una trayectoria de más de cuatro años y que se mantiene firme de pie deleitando a un público combinado entre gente local y turistas que se dejan maravillar por unos platos que rozan la matrícula de honor. Hablo del restaurante Maleducat (c/ Manso, 54). Los hermanos Marc e Ignasi Garcia, juntamente, con un amigo de la infancia, Víctor Rodenas, apostaron por el Maleducat y por un proyecto que se ha ido elaborando con el paso de los años, pero manteniendo intactos una esencia y un espíritu que cuesta mucho encontrar hoy día en la capital catalana.

Restaurante Maleducat: unos platos magníficos

Platos magníficos. El cenit de la espectacularidad. Un orgasmo palatal perfecto. Sabores deliciosos, pero efímeros, ya que desearías que los platos no se acabaran nunca y odiarías la carta porque no podrías probar toda la oferta que tienen. Sinónimos y sinónimos para resaltar un brillo e irradiación de la buena comida y del buen tratamiento y proceso del ingrediente.

Brioche planchado, steak tartar, tocino de cuello ibérico y yema de huevo ahumada / Foto: Carlos Baglietto

Echo un vistazo a la carta y les pido que me sorprendan. Alerta espóiler: lo consiguen y, de ninguna de las maneras, me esperaba salir del Maleducat con la convicción de que se convertiría en uno de mis restaurantes preferidos del país. Empezamos poco a poco, dejándonos llevar por un par de entrantes que ya dejan entrever el nivel del cual disfrutaremos hoy. Una tostada de tartar de gamba blanca, emulsión de sus cabezas, salicornia y vinagre Tosazu (5,5 €) y un brioche planchado, steak tartar, tocino de cuello ibérico y yema de huevo ahumada (5,5 €).

Qué platos tan bien ejecutados / Foto: Carlos Baglietto

Toda la comida, por cierto, acompañada de unos excelentes cócteles y de una coca de Folgueroles con tomate de colgar y aceite de oliva virgen extra (3,9 €) sublimes. Tres tipos de ostras, las anchoas del Cantábrico, croquetas de jamón ibérico de bellota o el rollito crujiente de asado a la catalana, ciruelas y piñones (4,5 €). Y eso, señoras y señores, esta monstruosidad culinaria confecciona solamente los entrantes.

Precisamente, en su web se describen como un espacio diseñado para sentirte en tu casa, tanto si eres uno habitual o solo estás de paso. "Aquí tienes un local trapacero y acogedor donde te puedes manchar, lamer los dedos y alzar la voz, una casa de comidas, desvergonzada y donde comer bien", dicen.

El restaurante Maleducat juega en una liga al alcance de muy pocos establecimientos de Barcelona, gracias a unos platos inhumanos hechos a partir de unas técnicas humanas y un servicio avispado que maravilla a todos los comensales

Tostada de tartar de gamba blanca / Foto: Carlos Baglietto

La oferta de los cócteles, por cierto, no se queda corta ni impacta menos que el contenido sólido. Los cócteles para gente con personalidad y los cócteles para gente con actitud son los dos lemas que definen la carta. Un dilema que se resuelve fácilmente probando unos de aquí y otros de allí por compartir entre los que estamos en mesa. A unos precios que oscilan desde los 9 hasta los 14 euros, encontramos el Piparrak, un vermú sin alcohol, con remolacha y piparra y refresco de pomelo; o el Sauco Spritz, a base de licor de saúco, vinagre de calamansi y cerveza de jengibre. La carta es cambiada frecuentemente, y también puedes chocar con algún fuera de carta atractivo, que siempre es bienvenido.

"Éramos un grupo de colegas a quienes nos sobrevolaba la idea de abrir un restaurante y la palabra 'maleducado' siempre estaba presente en nuestro diccionario como una acepción de pícaro", me explica Marc entre carcajadas. "Víctor es un genio en los fogones, ha pasado por restaurantes Michelin de gran nivel como el DiverXO, Caelis o Via Veneto, entre muchos otros", añade. "Entre mi hermano y yo encigalamos a Víctor para aventurarnos con este bonito proyecto", me comenta con ternura.

Una casa de comidas que deslumbra Sant Antoni / Foto: Carlos Baglietto

Sobre los orígenes, confiesa que empezaron con una carta donde había "patatas bravas, ensaladilla rusa, un estilo así de un ticket medio de 25 euros, pero observamos como el comensal se sentía más atraído por los fuera de carta, por lo que redirigimos el enfoque". Y mucho valor, añado, adentrarse en plena pandemia con el Maleducat: "El primero fue complicado, y fue posteriormente cuando nos 'gastronomizamos' yendo un paso hacia allá", matiza.

El contundente y variado salteado de setas de temporada / Foto: Carlos Baglietto

Aunque la carta cambia un par o tres de veces el año, y los fuera de carta cada dos o tres semanas, repasamos las estrellas protagonistas que tienen este otoño. Antes de hacer toda la retahíla, quiero pararme un segundo con el que considero que es el mejor mar y montaña de Barcelona con diferencia. Se trata de los tendones de ternera estofados, merluza de palangre frito, vinagre de calamares y piparras (21,5 €). La combinación de la carne y el pescado, de las muchas texturas presentes en el plato, las técnicas y la presentación lo hacen un señor plato en mayúsculas. Para quitarse el sombrero y que cada día el Maleducat tenga una cola de centenares de personas esperando a probar el plato.

Las ovaciones, sin embargo, no únicamente se lo lleva este plato, sino que hay auténticas fascinaciones como el pequeño arroz seco, tartar de gamba roja de Palamós, emulsión de sus cabezas y carpaccio de manitas de cerdo (25,5 €); los garbanzos al pil-pil, butifarra negra de Cal Rovira, cocotxa de bacalao en tempura y alguna seta (22,5 €); la esqueixada de morro de bacalao a nuestra manera (18 €); o, finalmente, la sensacional pluma de cerdo ibérico, crema fina de ajos confitados, pimiento rojo escalivado, berros y mostaza (27,5 €).

El mejor mar y montaña de toda Barcelona / Foto: Carlos Baglietto

Estos platos anteriores mencionados se sitúan a la carta, pero los fuera de carta bien merecen ser detallados. El crudo de corvallo; el salteado de setas de temporada; o el pichón de Bresse asado son los que me encuentro en el escaparate escrito. Y acabamos con uno de los postres más originales y deliciosos que he probado nunca, de verdad. Es el cremoso de haba Tonka, sablé bretón, fresón del Maresme, almendra y limón. Simplemente, impresionante. Todo, un ticket medio de unos 60 € que paga mucho la pena, porque cualquier día aparecerá en todos los rankings gastronómicos nacionales y nos tendremos que rascar todavía más el bolsillo.

Uno de los postres más impresionantes que he visto nunca / Foto: Carlos Baglietto

Disfrutad todas las fotografías que rellenan esta reseña, pero solo son eso, imágenes. Para hacerse una idea de qué sabores crean acercaos al Maleducat y dejaos hipnotizar por las ilusiones y los platos que sirven porque juegan a una liga donde se encuentran solo los mejores de los mejores.