El puente de diciembre es el momento ideal para estrenar la temporada de esquí. La Vall d'Aran es la comarca por excelencia de los amantes de la nieve, pero también es un rincón de Catalunya con una gastronomía única. Vielha está llena de buenos restaurantes, pero si vamos un poco más allá, en el pequeño pueblo de Bossòst encontraremos un restaurante familiar con una cocina excelente.
La Vall d'Aran es la única comarca de Catalunya que queda en la cara norte del Pirineo. Una ubicación especial que convierte este territorio en un lugar único y lleno de singularidades. El Portalet es un restaurante familiar con casi cuarenta años de historia que ha dado de comer al pequeño pueblo de Bossòst durante dos generaciones. Galardonado con un sol Repsol, es el restaurante de alta cocina situado más al norte de Catalunya.
Una cocina en evolución
Josep Gregorio padre es el ejemplo de restaurador tradicional de la Vall d'Aran. El año 1984 abrió el restaurante El Portalet (Carrer Sant Jaime, 31), un sitio de cocina tradicional con guisos típicos del Pirineo que daba servicio al pequeño pueblo de Bossòst, y que con los años ha ido evolucionando hasta convertirse en un referente gastronómico del valle. En 1998, Josep Gregorio hijo toma las riendas del establecimiento y hace una apuesta arriesgada, pero decidida, para convertir El Portalet en un restaurante de cocina innovadora y creativa. Josep Gregorio hijo es el encargado de hacer la magia en la cocina, mientras que Adela Gregorio, hermana de Josep, y Meritxell Valls, la esposa, son las responsables que en la sala todo funcione de primera.
La esencia del local sigue siendo la misma que hace cuarenta años, pero las técnicas y las presentaciones han evolucionado y han convertido el restaurante en uno de los mejores de la Vall d'Aran, galardonado con un solo Repsol y recomendado en la Guía Michelin.
Un oasis recogido
El restaurante se sitúa en la entrada de Bossòst, en el margen derecho del río Garona. Por fuera es igual que las casas adyacentes, de piedra y con el tejado de pizarra, y por dentro es un espacio acogedor, cálido y tranquilo, con un comedor amplio y moderno. El establecimiento es propiedad de la familia y ha pasado por varias modificaciones antes de alcanzar su forma actual. Al Portalet se puede ir en pareja, con la familia o con un grupo más mayor de amigos. El sitio está preparado para acoger gente en mesas de entre una y cuatro personas en un lado del comedor, pero también dispone de espacios más grandes para acoger grupos de hasta ocho o diez comensales.
Gastronomía de altura a precios contenidos
Comer en el Portalet es casi como degustar los paisajes de Bossòst. El chef Josep Gregorio traslada a sus platos todo aquello que lo ha llevado a ser uno de los grandes nombres de la cocina aranesa: producto de proximidad, sabor tradicional y elaboraciones innovadoras. Un talante genuino y sosegado que traslada de la cocina a la sala de la mano de Adela Gregorio y de Txell Valls. La oferta gastronómica de El Portalet incluye platos de siempre y productos más exóticos, pero siempre manteniendo la máxima proximidad en aquello que se presenta y con el cuidado y el trato que solo un equipo familiar puede ofrecer. Lo mismo pasa con los vinos; aunque tienen algunos foráneos, apuestan por tener una bodega con vinos locales de las diferentes denominaciones de origen catalanas.
La esencia del local sigue siendo la misma que hace cuarenta años, pero las técnicas y las presentaciones han evolucionado y han convertido el restaurante en uno de los mejores de la Vall d'Aran
Además de la carta, tienen dos opciones de menú diferentes. Por una parte, la opción más económica incluye entrantes, un plato de pescado o uno de carne a escoger, y los postres. Y de la otra, con el menú más caro se puede disfrutar de entrantes, un plato de pescado y uno de carne, y los postres. El primero tiene un precio de 49 € y el segundo de 63 €, costes que se sitúan un poco por debajo de la media gracias al espacio que la familia regenta. Tener el restaurante en propiedad y no tener que pagar un alquiler cada mes es un factor clave a la hora de ofrecer una gastronomía de calidad a unos precios más asequibles, teniendo en cuenta que se trata de un restaurante de alta cocina.