Pocas cosas más puedo pedir cuando me presento en un restaurante con estas características. Todo es excelente, casi perfecto, diría. Una arquitectura delicadamente preciosa, en un espacio majestuosamente verde y, naturalmente, una comida exquisita. Describo el restaurante Mas Monells, situado en Sant Bartomeu del Grau, en la carretera C-154, a la altura del km 9.
Es salir del coche y poner un pie en el suelo, y todo cambia. Como un escalofrío que te intenta decir algo. Y yo lo entendí enseguida. Estaba en el lugar adecuado, en el momento adecuado. Primavera y buen tiempo, temperatura agradable, y un enclave natural precioso e idílico. Solamente con verlo desde fuera, el restaurante Mas Monells ya te susurra al oído que la experiencia será inolvidable. Con las paredes de piedra rústica, las mesas de pícnic, barriles de cerveza, luces cálidas de exterior y unos árboles primaverales bien floridos, todo junto en un cuadro pintoresco y culinario, acompañado de un toque tierno y familiar.
Una excelsa variedad de menús y platos
Hasta tres opciones para escoger solo sentarse en mesa: el menú degustación, el menú festivo o los platos de la carta. Escojas lo que escojas, eso sí, un entrante y una copa de cava gratis. Uno de los muchos detalles del restaurante con el cliente. Todos los platos están hechos con productos de temporada y de proximidad.
Raviolis de mango con queso de cabra, fresa y pasta de aceitunas; coca de hoja con micuit de foie, fresa, microbrotes y trufa; ensalada de perdiz escabechada con pasta, granada, verduras y vinagreta de mostaza o canelón de calabacín rellenado de brandada de bacalao con gelatina de miel, cebolla confitada y huevos de tortilla. Estos son solo algunos de los entrantes a la carta.
Yo probé los raviolis de mango y una ensalada de queso brie rebozado, nueces, mermelada de tomate y pesto de col kale. Ambos entrantes increíblemente deliciosos.
Tocino confitado, coca de calçots, alcachofas a la brasa, guisantes frescos o huevos estrellados y foie a la brasa son algunas de las recetas que hacen a la brasa. Pero yo, para continuar con este disfrute culinario, aposté por una paella de arroz negro con sepionets y alcachofas. Además, y como remate final, un filete de ternera con foie, Oporto y dulce de membrillo.
El colofón final de la vegetación
Creo que me enamoré, sí. Continúo, de hecho, enamorado del restaurante Mas Monells y, consecuentemente, he querido escribir un artículo. Es una sensación de hipnosis por múltiples factores que te atraviesan y pinchan, y no sabes por dónde te vienen. Lo ignoras. No piensas en nada más que no sea disfrutar de todo: el espacio, la comida y la compañía.
Porque, claro está, la tropa con quien vas a un restaurante es siempre importante. Pero pienso que en este lugar de Sant Bartomeu del Grau todavía lo es más. No solo es el rato que pasas inmerso entre sus reconfortantes y acogedoras paredes de piedra, sino, y sobre todo, el vermú previo y el post de la comida, para hacer el café, contemplando durante horas el abrumador y romántico paisaje natural.