Ya hace quince años que Marc Cuenca, hijo de Can Pineda —restaurando mítico del Clot— abrió Els Tres Porquets para continuar la tradición familiar en un local más chiquitín y asequible. Un manojo de mesas, madera por todas partes, buen trato y vinos y una carta donde cada plato es una alegría: este es el secreto. También tienen un reservado a tocar donde celebrar con más intimidad —han pasado famosos del morro fino.
Aquí trabajan con alimentos de primera (la coca de cristal, de Concept Pa; el pescado, de Peixnot; la carne, de Jordana y Butcher Chef; las verduras, de Puig Bolets) y construyen una carta inteligible y deliciosa. Puedes comer un carpaccio (por fin un carpaccio que no es una toma de pelo) espectacular (de presa ibérica, maceración con más de veinticinco ingredientes, aromática y tierna, 15 €), una tripa excelente (picantona, con garbanzos y chorizo, 11 €), el mero marinado y en tempura (17 €, ¡no os lo perdáis!) o las clásicas albóndigas con setas de la casa grande (18 €).
El jamón es de Guijuelo, Salamanca; las anchoas, de Santoña; la caña, Mahou, muy bien tirada: como veis, saben lo que es bueno. Nada más se ha acabado la temporada de las alcachofas que ya atacan con ganas el guisante de lágrima de Sant Pol, las colmenillas o la flor del calabacín: todo el año es una fiesta. De los vinos se encarga Albert Fontcuberta, que se da buena mano y un mediodía cualquiera te puede proporcionar la copa ideal –por ejemplo, un Sicus Garrut del Baix Penedès. Tienen una bodega como es debido, con más de 400 referencias: dejaos aconsejar.
En el 2019 se murió el padre de Marc, Paquito de Can Pineda y como homenaje pusieron en marcha una marca con su nombre para hacer ediciones propias de las bebidas. Así, ahora en Els Tres Porquets puedes beber cerveza Paquito (hecha en el obrador clotenc 0.8), la ginebra Paquito (hecha a la Destilateca a base de pino) o el licor Paquito (también creación de Carles Bonnin de la Destilateca, a base de cilantro y tirabeques). La etiqueta de la marca es una acuarela porcina de Sara, la hermana de Marc. Y del logotipo clásico de los tres cerditos han hecho camisetas, vasos y copas: ¡no se privan de nada!
Ah, y si sois golosos, haced un rincón para probar las bombas de chocolate que tienen de postres: mejor que mil coulants, este mis que se deshace en la boca es perfecto para acordarte de que en Els Tres Porquets se hace magia de cerca.