En Reus, la fina línea entre la locura y la genialidad está hecha de croquetas. Y, a veces, también en la capital del Baix Camp, de donde han salido otros genios, estos dos atributos son las caras de la misma moneda. Juan Diego Sánchez es el chef que lleva años revolucionando la ciudad y que ahora regresa con una de las joyas de su corona en la apuesta de la tasca Xivarri, las croquetas, pero llevadas a un nivel superior y convirtiendo el local del otro lado de la calle de Puvill Oriol en un santuario de estos fritos de todos los gustos posibles. Aprovechando la parada hasta 2026 de La Muela —uno de los otros proyectos que tiene— el chef ha abierto La Croketeria. El menú queda claro y la apuesta, de momento, es ganadora. Sin reservas —está harto de la gente que no se presenta—, el sábado pasado ya estaba lleno.

JuanDi entra y sale, va y viene, entre el Xivarri, donde ofrece tapas con su particular sello, y el nuevo local croquetero. Aprovechamos que aún no está allí para pedir un par de botellas de vino, un tinto y un blanco, y un par de croquetas por cabeza de las clásicas que ofrece en la carta: jamón ibérico con un caldo, cuatro quesos, cocido y setas. Hay quien puede pensar que hacer croquetas es sencillo, pero no lo es. Las primeras, las más conocidas, ideales para picar y entrar en calor. Cuando llega el chef aprovechamos para ponernos en sus manos. Él se encarga de pedir las croquetas que cree que tenemos que probar sí o sí. "Alucinaréis", nos asegura. Que vengan las croquetas, ¡vamos allá!

Calçotada completa en una croqueta

Como una cascada de sabores van saliendo de la cocina croquetas de todo tipo. Una croqueta de vermut Miró, rebozada con patatas chips y con las olivas típicas del vermut presentes en el sabor de la creación, acompañada de una copita de vermut reusense. La croqueta calçotada, que no de calçots, solo. Un homenaje a Ángel Solé, el chef vallense que ayudó a poner de moda el calçot, y que falleció en un accidente de tráfico en diciembre de 2017. La croqueta mezcla el sabor del calçot con el sabor de la carne de cordero a la brasa, tradicional de las calçotadas. Con un toque de salsa de calçots y la brasa negra, para ensuciarse también las manos, como si estuviéramos en una masía en el Alt Camp (en la foto, arriba de esta noticia).

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La croqueta de ternera llegando a la mesa, con romero ahumado / Cedida

También aparece en la mesa el patito Lukas, una croqueta de confit de pato rebozada con kikos, y una croqueta de ternera, una carrillera cocinada con vino del Priorat, sobre una cama de romero ahumado. Cada croqueta que sirve JuanDi es un plato pensado y elaborado, que aparece boleado y rebozado. Prestigiar las croquetas era el objetivo. Pero el menú sigue. Ahora salen unas croquetas de chuletón. Una pasta donde este corte se integra a la perfección, acompañado de un trozo por encima de la croqueta. Poco cocinado y con sal gruesa. Mordiscos de lujo, sin duda.

¿Postres? También, croquetas

Y terminamos la parte salada con una croqueta benedictina. La adaptación del reusense de los huevos benedictinos, ahora en formato redondo. Huevo, panceta ahumada y mantequilla con yema de huevo. En la mesa hay consenso. La de la calçotada, la benedictina y la de vermut hay que probarlas sí o sí. En la oferta también hay dos propuestas veganas y algunas sin gluten, que dejaremos para otro día. ¿Y para postre? Correcto. También croquetas. Una de café con leche, una de crema catalana, una de pastel de queso y una de Kinder Bueno, la tradicional chocolatina.

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Croqueta de Chuletón, una de las creaciones de JuanDi en La Croketeria, en Reus / Cedida

Cada croqueta sale a la gran mesa central de la antigua Muela con una vajilla elegida para la ocasión. La teja de los calçots, un coche con las de queso, una reja que humea romero o el tradicional molde de hacer el pastel de queso para la croqueta homónima. Pocos detalles quedan al aire si quien manda es Juan Diego Sánchez. En la carta, algunos vinos catalanes, todos de la zona, de productores amigos suyos, a precios muy ajustados, y poco más. Solo una cerveza, Victoria, de Málaga, la que le gusta a él, en versión normal y 0,0%, pero nada más. Cafés, licores o cualquier otra cosa, tendrás que buscarlo en otro sitio. Aquí, amigos, solo croquetas.

La Muela, volverá

El local que ahora acoge, de manera transitoria, La Croketeria, es donde acabará habiendo La Muela, el otro proyecto de JuanDi. El espacio, como todo lo que hace él, está pensado. Diseño exclusivo, vajilla de lujo y una brasa a tocar de la mesa grande donde el chef, con el menú degustación que ofrecía antes, terminaba los platos y acababa de cocinar frente a los comensales mientras charlaba y te contagiaba el amor por la cocina y por el territorio que lo ha acogido, el Camp de Tarragona.

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JuanDi, ahora convertido en maestro croquetero, en la cocina de La Croketeria / Cedida

Ahora ha hecho una pausa para coger aire y volver, a principios de 2026, con un nuevo menú degustación que, avisa, sorprenderá. Los detalles, de momento, desconocidos. Pero solo hay que estirarlo de la lengua para ir descubriendo algún avance; que nos lo deje probar, de momento, será más complicado. Cuando La Muela vuelva a abrir puertas como tal, La Croketeria se mudará. El local ya está escogido —en Reus, evidentemente—, pero aún no quiere decir dónde será. La carta de las croquetas irá cambiando, mejorando las que tiene ahora y manteniendo en escena aquellas que la gente no puede dejar de pedir. Ya lo conoceréis.