Hideki Matsuhisa es un chef reconocido dentro y fuera de nuestra casa: en el 2001 abrió su restaurante Shunka, ocho años después, Koy Shunka y, más tarde, Kak Koy i Majide. Y desde hace un par de años, al lado del grupo Sagardi, Ikoya recrea una taberna japonesa justo ante el mercado de Santa Caterina. Dice Matsuhisa que Ikoya nace de la amalgama entre Barcelona y Tokio: de la profusión de los ingredientes mediterráneos que pueblas mercados de nuestra ciudad y de la afiladura técnica japonesa que los corta y cocina con precisión.

Taverna Ikoya: la amalgama entre Barcelona y Tokio

El espacio, creado por Txema Retana y enmaderado con gusto de arriba abajo, amplio, con zona de mesa para quien no quiera sentarse en la larga barra en forma de uno, tal y como en las auténticas izakayas, donde podrá observar cómo se prepara el sushi que pronto llegará al plato.

Hamachi sumiyaki – Ikoya – Rosa Molinero Trias
Hamachi sumiyaki / Foto: Rosa Molinero Trias

Pero en Ikoya, como las tabernas japonesas, no solo se come sushi. Hay platillos vegetales y también carnívoros, ya que la robata o parrilla japonesa es uno de los elementos claves aquí, y que hace de nexo de unión con la técnica más representativa de la cocina del grupo vasco.

Filete|Hilillo batashoyu / Foto: Rosa Molinero Trias
Filete batashoyu / Foto: Rosa Molinero Trias
Ostras en el ponzu
Ostras al ponzu / Foto: Rosa Molinero Trias

Para empezar, hay tartar de atún clásico o con queso La Peral y piñones; frituras como la tempura de calamar, el karage de pollo o el kakiage de verduras y gambas, y clásicos como el tofu agedashi, el edamame a la brasa o la sopa de miso shiru.

Roger – Ikoya – Rosa Molinero Trias
Roger / Foto: Rosa Molinero Trias

Y también sushi: sashimi, nigiris, hosomaki (encontraréis a uno de natto, que es soja fermentada, un ingrediente menos conocido y corriente en las cartas nacionales) y uramakis. Con respecto a la robata, donde se agradecería que las raciones fueran un poco mayores con el fin de disfrutarlas al máximo, la carne, el pescado y el marisco pasan delicadamente por la parrilla, sea pulpo, pez mantequilla, rodaballo o kokotxas, pluma ibérica o wagyu. Ahora bien, el toque de Ikoya rompe con el minimalismo japonés y condimenta con alegría platos que también podrían sostenerse por sí solos.

Sashimi – Ikoya – Rosa Molinero Trias
Sashimi / Foto: Rosa Molinero Trias

En su voluntad maximalista, de ser un restaurante japonés para cualquier momento y para todos los gustos, Ikoya también cuenta con dos tipos de ramen: de salsa de soja (shoyu) y de cerdo y miso (tonkotsu).

Souflé de matcha con helado de yuzu – Ikoya – Rosa Molinero Trias
Suflé de matcha con helado de yuzu / Foto: Rosa Molinero Trias

En el apartado de postres, ingredientes clásicos de la repostería japonesa: matcha en formato suflé o trufa, sésamo negro como helado que acompaña un pastel de chocolate, sakura en pastel de queso, y también kakigori, el helado granizado, con el sabor de la fruta de temporada.