La edad de oro, más allá de ser un programa de televisión de los años 80, fue un periodo iniciado en los años 60 y tiene su momento álgido entre los 70 y los 75. En este periodo, el grado de satisfacción con la propia vida es mayor, la felicidad más llena y, al menos en términos por término medio, no hay dificultades económicas ni problemas que amenacen el bienestar conseguido. ¿Suena bien, verdad? Un concepto asociado a la cultura, en la televisión, a la sociedad, etc. ¿Pero, y a la gastronomía?

Terraza Martínez: década dorada gastronómica

La Terraza Martínez se alza como el exponente de la edad de oro al sector culinario. Un establecimiento barcelonés situado en el regazo de Montjuïc con unas vistas envidiables y un paisaje descomunal de 360 grados de la ciudad de Barcelona. En julio de este año el local cumple diez años. Toda una década acompañada de éxitos y del restaurante lleno hasta los topes, con unos platos clásicos que se han mantenido siempre, mientras que han aparecido nuevos para representar la nueva cocina y deleitar los paladares con nuevos estímulos gustativos.

Interior Terraza Martínez
El espacio de la Terraza Martínez / Foto: Cedida

La Terraza Martínez se alza como el exponente de la edad de oro al sector culinario. Un establecimiento barcelonés situado en el regazo de Montjuïc con unas vistas envidiables y un paisaje descomunal de 360 grados de la ciudad de Barcelona

En la calle de Miramar número 38, se esconde un tesoro visual y gastronómico. De aquellos lugares que puedes llegar a través de una buena caminata vertical, pero que una vez llegas a la meta tienes aquella sensación de provecho y de haber valido mucho la pena. La Terraza Martínez se ubica en un enclave verde y natural inesperado, tratándose de la capital de Catalunya. Pero sus árboles, su parque, los jardines que lo rodean y el mar que se dibuja al horizonte infinito hacen del restaurante un lugar único y excepcional. Los 10 años de existencia, solidez y excelencia justifican y dejan entrever que los queda muchos y muchos años por celebrar.

Desde los clásicos a la innovación más exquisita

Una mesa en la montaña mágica de Barcelona que apunta al mar. Un enclave único. Martínez, un restaurante singular situado en el lugar con más encanto de Barcelona. Unas vistas inolvidables en el puerto, en la ciudad y en el mar. Un oasis donde olvidar el ruido de la ciudad. En Barcelona, en la montaña, sobre el mar. Un rincón en el cual refugiarse y un mirador al cual apuntarse. Poético y gastronómico. ¿Qué puede salir mal?

Tártaro de atún rojo con shiso y ajo blanco
Tartar de atún rojo con shiso y ajo blanco / Foto: Cedida

El menú que se me presenta recorre los diez años de historia del local. Desde los clásicos de la cocina catalana y nacional, hasta la innovación y platos más exquisitos que han evolucionado poco a poco, pero sin pausa para elevar la exigencia gastronómica del restaurante. Para empezar un vermú de la casa, un pan de coca de casa del mosén con tomate de colgar, croquetas de jamón de bellota, ensaladilla rusa con ventresca de atún y boquerón a la malagueña, con aros de cebolla y sabia frita.

Clásico arroz Martínez de conejo y pollo 2
Clásico arroz Martínez de conejo y pollo / Foto: Cedida

Seguidamente, la Terraza Martínez quiere homenajear el producto de proximidad, siempre presente en su experiencia, con un puerro asado en el Josper, queso de cabra, tomates cherry confitados y vinagreta de avellanas, un tartar de atún rojo con shiso y ajo blanco, berberechos super king al vapor y, por último, gamba roja de Palamós a la brasa. Mención especial por la gamba y el atún, platos que se repetirían hasta no poder más. Sin embargo, en un mundo dominado por la efímera novedad, volver a los orígenes reconforta. La cata de arroz Martínez de conejo y pollo y la chuleta de buey Dry Aged madurada 40 días. Una carne, por cierto, a 24 € cada 100 gramos. ¿Vale la pena? Decirte que sí es quedarme corto, seguramente. Y por último unos postres de piña y coco y un mini brazo Martínez para poner la guinda a una cena de oro.