La carta ya es una declaración de intenciones: a mano izquierda, un calendario de temporada de los productos del parque agrario; a mano derecha, un tomate con forma de globo terráqueo de donde salen tres flechas hacia las tres 'p' que vertebran el Cèntric Gastro del Prat de Llobregat: las personas (buenas condiciones laborales, inclusión social, protocolos por un espacio libre de violencias), el producto (local y de temporada) y el planeta (se combate el despilfarro de recursos y se fomenta la economía circular). ¡Que lejos que somos de los restaurantes pensados desde el afán de lucro desaforado por fondo de inversión extractivistes!

El Cèntric: km 0 contra el aeropuerto y la Green Queen

El Cèntric es un restaurante radicalmente de kilómetro cero: se abastecen directamente del parque agrario que tienen a tocar. Su emblema es la alcachofa y la cocinan de mil maneras diferentes —en tempura, al horno, guisada—, siempre a partir de la variedad autóctona, la Prat, que es la de Tudela con la coletilla salina de la proximidad del mar y de la potasa de las minas del cauce del Llobregat, que le va muy bien. Ahora, aparte de luchar contra la ampliación del aeropuerto, también combaten la variedad híbrida Green Queen, introducida hace poco por las multinacionales que controlan las semillas a escala mundial (en este caso, BASF): como la mayoría de variedades de diseño, son más eficientes y resistentes y menos sabrosas y nutritivas —un desastre en el ámbito alimentario y gastronómico, vaya.

El Cèntric es un restaurante radicalmente de kilómetro cero: se abastecen directamente del parque agrario que tienen a tocar. Su emblema es la alcachofa y la cocinan de mil maneras diferentes —en tempura, al horno, guisada—, siempre a partir de la variedad autóctona, la Prat

Oscar Teruelo y Susana Aragón, que abrieron el restaurante en el 2010, se toman la soberanía alimentaria muy seriamente: en el 2016, para ayudar a recuperar el espárrago de Gavà —toda una delicia a reivindicar—, ¡Oscar había llegado a llevar él mismo las cajas de espárragos a Sergi de Meià de la calle Aribau! Están implicados en mil y una movidas, desde la Asociación de Gastronomía y Turismo del Baix Llobregat en la sección catalana de la organización internacional Slowfood, organizan la fiesta de la alimentación sostenible Terra i Gust, el GastroFest o las dos repantingadas solidarias anuales para recaudar fondos para la escuela Tashira en Tanzania.

plato céntrico gastrobar
Uno de los platos que puedes probar en el Cèntric / Foto: Cedida

«Es una cuestión de responsabilidad», dice, encendido, Oscar. Todo lo que hacemos es político, y por eso la madera de sus mesas es recuperada y el agua, microfiltrada —cuando se dio cuenta de que el sistema de microfiltraje malbarataba un litro de agua por cada litro filtrado, en vez de hacer un tuit gruñón se ingenió un sistema de almacenamiento que ahora le permite utilizar toda esta agua por los lavabos de los clientes y así no se pierde ni gota.

Al Cèntric puedes comer de carta por 25-30 € y de menú por 13,5 €. Todo pensándolo bien por Susana —formada en la Hofman-, que es muy de agradecer que también tenga en cuenta el estómago, es decir, que nos evite las digestiones infinitas típicas de muchos restaurantes que abusan de aquellas salsas y elaboraciones que te dejan aturdido. Al Cèntric un día cualquiera puedes probar un salmorejo buenísimo, con cerezas y brotes de rábano (7,9 €) para abrir boca. Después, para ir entrando en materia, ¿por qué no la bomba de morcilla (4 u por 9,5 €) del Bierzo, de donde es la familia del Oscar? La combinación de crujiente y picante es perfecta. O bien un carpaccio de calabacín con pesto, requesón, tomates y sardina fumada (9,9 €) donde todos y cada uno de los ingredientes conservan la textura y el sabor y juntos hacen un bocado refrescante y suculento.

Es muy de agradecer que el Cèntric tenga en cuenta el estómago, es decir, que nos evite las digestiones infinitas típicas de muchos restaurantes que abusan de aquellas salsas y elaboraciones que te dejan aturdido

En el Cèntric todo lo hacen muy bueno, pero tienen un plato estrella que ya solito vale la visita: el confite de Pata Azul con patatas y ciruelas en el vermú Tarrida (22,9 €). No es de extrañar que ganara el concurso del Plato Favorito de los Catalanes en el 2017, organizado por la revista Cuina y Catalunya Ràdio. La carne de este pollo del Prat es despampanante: nada que ver con las aves de corral industriales, es toda otra cosa, que, si de caso, está más emparentada con el cordero o la caza. La ración es descomunal y se puede comer entre dos perfectamente, vale la pena compartir la experiencia: ¡es memorable, os lo aseguro!