Los aeropuertos y las estaciones de tren son los típicos sitios donde solo se come por necesidad. Cuando has perdido un vuelo y no tienes más remedio que esperar en una cafetería, o cuando tienes prisa y solo te puedes permitir una hamburguesa rápida de cualquier franquicia. Pero comer en el aeropuerto en un local con cara y ojos, un producto excelente y un servicio atento y rápido es como encontrar una aguja en un pajar. Una aguja que, por suerte, la encontramos en el Aeropuerto del Prat, en el restaurante Alas Hermanos Torres.
Un restaurante transparente
No hay nada mejor que un restaurante donde sabes que comerás bien, independientemente de la hora y del día en que vayas. Una máxima que a menudo es difícil de encontrar en la ciudad, pero que se convierte en misión imposible si hablamos de un aeropuerto. Pero en la terminal 1 del Aeropuerto del Prat, junto al acceso C, encontramos una joya escondida con la mejor gastronomía (con mucha diferencia) de toda la oferta de comida de la zona comercial de vuelos internacionales. El restaurante Alas Hermanos Torres, con el chef Santiago Ercoli al frente, hace más de 5 años que alimenta clientela de todo el mundo. Desde familias con niños hasta grupos de amigos o gente que viaja sola. Empresarios que viajan por negocios y jóvenes con mochila que vuelan durante las vacaciones. El comedor del Alas es una mezcla heterogénea con público de todo tipo. Una sala, con una cocina abierta en el medio, en la que no se esconde nada, y donde el chef Ercoli y su equipo, con la confianza depositada por los reconocidos chefs de tres estrellas Michelin, ejecuta a la perfección todos los platos que salen a sala.
El nombre (y la gran foto imprimida en la pared) nos da una pista bastante evidente de la vinculación de los Hermanos Torres con este restaurante. Sin embargo, lo único - como si fuera poco - de Torres que encontrarás en el Alas es una calidad del producto excelente y una manera de cocinarlo perfecta. Pero no te esperes platos rebuscados ni alta gastronomía de lujo. Se come de lujo, sí, pero con unas buenas croquetas, un par de boquerones y una hamburguesa hecha de carne de vacuno autóctono. Claro y catalán. No hace falta nada más.
Tanto si tienes prisa como si no
El espacio del Alas es un rincón privilegiado del aeropuerto. Para llegar, una vez pasado el control de seguridad, solo hay que bajar al duty free, y a mano derecha, al final de todo, hay una pequeña sala presidida por una cocina abierta. Un pequeño oasis en medio del trasiego del aeropuerto, con una música tranquila y una decoración agradable y suave. Tanto si tienes prisa como si no, en el Alas estarás tranquilo. Si tienes que comer alguna cosa rápida e irte corriendo a buscar tu vuelo, puedes picar un par de tapas y una copa en la barra, y salir disparado a buscar el avión. Pero si eres de los que va con tiempo y después se encuentra con que tiene dos horas muertas antes de salir, puedes comer tranquilamente una buena ración de pulpo, un plato de tortilla o un poco de embutido con una rebanada de pan con tomate.
La única cosa de la cual te podrás quejar si comes en el Alas Hermanos Torres es de no haber tenido más tiempo, o más hambre, para probar todos los platos de la carta. Porque todos, absolutamente todos, son exquisitos. Tener un producto bueno, de base, te asegura el éxito en un restaurante. Y si además los cocineros lo tocan bien, es imposible no salir contento.