Por mucho que parezca mentira, existe en Mallorca alguna cosa más maravillosa que un discazo como Alegria. De hecho, existe en Mallorca alguna cosa más espectacular, también, que sus playas de agua cristalina como Sa Calobra, Caló des Moro o Cala Clara. Incluso existe alguna cosa más atractiva que la Festa del Much, en Sineu, o los callejones del casco antiguo de Palma, o un plato de arròs brut en el restaurante Celler Sa Vinya de Binissalem. Pues por muy sorprendente que parezca, pues, hay una cosa más espléndida que todo eso: los buenos vinos de Mallorca, menos famosos que la sobrasada, el balconing o la presencia de Chopin en Valldemossa, pero mucho más esenciales que todo eso.

Somos conscientes de que no nos cansaríamos nunca de enumerar todas aquellas cosas fascinantes de la isla más fascinante del Mediterráneo: desde una Festa de Sant Antoni en Pollença hasta una humilde puesta de sol en Montüiri pasando por el placer de comer una ensaimada con chocolate a la taza en Ca'n Joan de s'Aigo, descubrir Sóller encima de un trenecito del siglo diecinueve o saber que un pueblo remoto de la isla, ponemos por caso Pina, se puede convertir una noche de verbena en el sitio más bonito del planeta Tierra en el cual gastar la vida aquella noche. Somos plenamente conscientes, por eso en esta Bodega de ElNacional Mallorca Special Edition nuestra sumiller Meritxell Falgueras nos propone tres vinos magníficos para viajar a Mallorca a través de los labios y sumar el Vino de la tierra de Mallorca a todas aquellas cosas maravillosas mallorquinas que nos vienen a la cabeza cuando pensamos en la isla.

 

ÀN/2
Alma Negra Viticultores

Vino de la tierra de Mallorca
Callet, Fogoneu y Mantón Negro
Alrededor de 16€

Nadie va a una vinoteca y dice "sírveme una Mallorca" igual que dice "sírveme un Rioja" o "sírveme un Penedès". Tampoco nadie dice "sírveme un mantó negre" con la misma alegría de cuándo pedimos "una garnacha" o "un verdejo". En cambio, cualquier amante del vino reconoce en una vinoteca la etiqueta roja del ÀN/2, posiblemente el vino mallorquín más amado del mundo. En líneas generales, se conoce todavía demasiado poco la identidad vinícola de Mallorca, de sus dos Denominaciones de Origen (DO Binissalem y DO Pla y Lllevant) o de las variedades autóctonas más interesantes de la indicación geográfica "Vi de la terra de Mallorca". Por suerte, sin embargo, bebiendo una copa de vino se puede descubrir con un solo trago toda esta información más propia de la Wikipedia que no de una carta de vinos.

ÀN/2 expresa a la perfección la tipicidad de los vinos mallorquines, ya que tiene una mezcla a base de callet, fogoneu y mantó negre, tres variedades autóctonas tintas que se adaptan a la perfección al tipo de suelo de la isla, abundante en óxido férrico. Gracias a eso, el vino se presenta como un vino igual de sincero como aquel verso de Aquesta pluja que dice aquello de "Tothom té defectes, jo encara t'enyor". Por suerte, pocos defectos podemos encontrarle en ÀN/2: como mucho, que su magnífica etiqueta juega demasiado ambiguamente entre la vanguardia rusa y el constructivismo alemán. Pero nada más. Con respecto a aquello que bebemos, y no a lo que vemos, es un vino de altísima personalidad, pero sin embargo accesible, abierto y agradable de beber, con notas balsámicas y un fondo mineral de piedra seca que lo hacen de lo más especial. Un vino de amargura suave que sabe persistir en el recuerdo, como todas las cosas buenas de Mallorca, expertas en despertarnos la añoranza hacia ellas y desearlas permanentemente. Quien escribe estas rayas, por ejemplo, querría teletransportarse ahora mismo y estar escribiendo este artículo desde una terraza de la Plaça de la Vila de Alaró, por ejemplo.

12 volts
4 kilos Vinícola

Vino de la tierra de Mallorca
Callet, Fogoneu, Sirah, Cabernet Sauvignon
Alrededor de 16€

"Rellotge de quars, polièster, radar, cinema, fusió nuclear, cremallera, màquina d'escriure qwerty, bomba atòmica, turbina, vitroceràmica, bolígraf, llum estroboscòpica, biquini, plaques solars: totes ses coses modernes han esperat molt", dice Coses modernes, la canción más curiosa de Lamparetes, uno de los últimos discos del grupo capitaneado por Joan Miquel Oliver. En esta enumeración de objetos, materiales y conceptos modernos podríamos añadir 12 volts, ya que posiblemente es el primer vino de la historia capaz de cargarnos las pilas. Ni bebidas energéticas, ni cafés dobles: 12 volts acumula dentro de su botella la energía suficiente para estimular nuestro sistema nervioso con una pequeña descarga eléctrica. O mejor dicho, vinícola.

Un vino con identidad mediterránea pero tacto atlántico, ya que 12 volts mezcla  variedades genuinas de Mallorca como la callet y la fogoneu con variedades bordelesas como la sirah o la cabernet sauvignon. Por lo tanto, aires mallorquines y aroma de tierra mojada; la rusticidad de aquello autóctono y la universalidad de aquello poderoso. Así es este vino de color picota y eléctrico tanto a la vista como en la nariz, donde los aromas silvestres de bosque se mezclan con una fuerte presencia láctica. ¿Un vino para todo el mundo? Sin duda, tanto para los amantes de los vinos cien por cien mediterráneos, frescos y redondos, como para los amantes de los vinos punzantes donde el recuerdo del cacao o la presencia del cuero convierten 12 volts en una descarga vinícola magníficamente persistente. ¿Hay alguna cosa más moderna que un vino eléctrico?

4 Kilos
4 kilos Vinívola

Vino de la tierra de Mallorca
Callet
Alrededor de 30€

Cuando la voz de Pau Debón canta aquello de "Digue´m ses coses alegres es dematins" al principio de Final, una buena respuesta sería: te digo que esta noche beberemos uno 4 Kilos. Pocas cosas pueden alegrar más una mañana, con aquel sueño incómodo y aquellas ganas de cinco minutos más, que saber que aquella noche en una cena beberemos el mejor vino de esta bodega de Felanitx tan singular como imprescindible. Decimos singular porque 4 kilos es una bodega especial, empezando por su nombre, que deriva de la inversión inicial de cuatro millones de pesetas con la cual Francesc Grimalt y Sergio Caballero fundaron la bodega, y acabando por el estilo atrevido e irreverente de sus diseños, sus namings o su comunicación: este vídeo, sin ir más lejos, es ya una obra de culto en el museo de la publicidad vinícola nacional. Además, 4 kilos es una bodega que apuesta por un tipo de viticultura honesta, auténtica y natural, confiando en los preceptos de la agricultura biodinámica y entendiendo el vino como el resultado final de todo un proceso donde la tierra, las personas, el clima y los animales tienen la misma importancia.

Para elaborar este 4 Kilos, los mostos provenientes de una vendimia manual se vinifican a partes iguales en acero y en tinas de madera, con temperaturas y tiempo de fermentación y maceración diferentes para cada parcela, buscando así poder extraer el máximo carácter de cada rincón de sus tierras. La posterior crianza se hace en botas de 600 litros y se alarga más de doce meses. ¿Y qué sale, de todo esto? Un vino que expresa la mineralidad de su terruño y el carácter de una viña vieja, de más de 60 años, podada en vaso. Y, sobre todo, la personalidad de un monovarietal de callet que en boca se muestra con una textura suave y aterciopelado, con taninos de gran delicadeza y un equilibrio perfecto. En resumen, un vino maravilloso con el cual brindar, beber una botella entera y sentir que el vino sabe hacer más mágica la vida. Y después, igual que la canción, como dos asteroides que han desviado su ruta, diremos que ha sido fantástico y diremos que ha sido su luna. Y diremos, también, que ha sido el vino de Mallorca.