La noche de Sant Joan es un oxímoron por naturaleza: técnicamente es la noche más corta del año, pero emocionalmente es para la mayoría de mortales posiblemente la más larga. Junto con la noche de Nochevieja la verbena de Sant Joan tiene la capacidad de hacer aquello que sólo las grandes noches saben conseguir: rejuvenecernos a todos, mantenernos despiertos hasta el ocaso y hacernos creer, ni que sea por un día, que seguimos teniendo diecisiete años. Es más, si la noche de Sant Joan nos miramos delante del espejo, creeremos que "como todos los jóvenes, yo vine a llevarme la vida por delante", tal como decía Jaime Gil de Biedma, aunque al día siguiente puede ser que una resaca de tres pares de narices nos haga recordar que nos hemos hecho mayores y que, en efecto, ya es hora de asumir que No volveré a ser joven.

 

Este año la noche más mágica que existe contiene otra paradoja curiosa: será la última noche festiva con mascarilla antes de que el día 26 podamos dejar de ir por la calle sin el bozal sanitario que nos ha robado las sonrisas. Antes de que los labios no vuelvan a ser de dominio público, pues, no hay mejor forma de utilizarlos que degustando buen vino en una noche en la cual, en Catalunya, hay más brindis por hora que perros chirriando por culpa de las las tracas y los truenos. Hoy, pues, en esta Bodega de ElNacional Sant Joan Special Edition, nuestra sumiller Meritxell Falgueras nos recomienda tres muy buenos vinos que no superan los 8 euros y que, si los bebemos con moderación, nos permitirán vivir una noche inolvidable.

Manyol Blanc 2017
Viticultors Bateans

D.O. Terra Alta
100% Garnacha Blanca
Alrededor de 5€

Una buena noche de Sant Joan tiene por defecto un momento del cual nadie se escapa: la eterna espera para empezar a cenar. El rato entre que llegas al sitio y que empiezas a comeer sentado en la mesa es a menudo tan largo que, de hecho, dice la leyenda que por Sant Joan hay gente que ha estudiado dos carreras y ha tenido gemelos en el aperitivo previo a la cena de verbena. Para acompañar este largo lapso de tiempo, nada mejor que este monovarietal de garnacha blanca con origen 100% Terra Alta, territorio garnachero por excelencia del mundo. Buen balance en boca, intensidad, volumen extraordinario y el frescor de la fruta blanca como el melocotón o el albaricoque para apaciguar aquel momento de picoteo en el cual todo cristo se está muriendo de hambre pero todavía faltan cinco minutos -o tres siglos- para la cena.

Manyol Blanc 2017 de Viticultors Bateans

Inspirador 2019
Perelada

D.O. Empordà
Cariñena y Cabernet Sauvignon
Alrededor de 7'5€

¿Quién no ha celebrado una verbena de Sant Joan en la playa? Este país nuestro se divide entre la gente que por Sant Joan se acerca al Pirineo para disfrutar de las espectaculares fiestas tradicionales del fuego como las Fallas de Isil, por ejemplo, y la gente que se va a la costa a celebrar la noche más corta del año cerca del mar. Buena prueba de eso son los atascos de tráfico inhumanos que se producen en las carreteras en dirección a la Costa Brava y la Costa Daurada la tarde del 23 de junio, dignos de una evacuación mundial por culpa de una amenaza nuclear. La única amenaza por Sant Joan, por suerte, es no tener un buen vino con el cual regar la cena de verbena, por eso este Inspirador con la esencia del Empordà es una opción perfecta: eléctrico y vibrante, como la tramontana, y con la elegancia de la cariñena y el cabernet sauvignon. Un vino ideal para quién busca la inspiración y se da cuenta de que la mejor forma de encontrarla es dejando de buscarla.

Inspirador 2019 de Perelada

Lacrima Bacchus Reserva Brut
Lacrima Bacchus

D.O. Cava
Macabeo, Moscatel, Parellada
Alrededor de 6€

Se hace difícil no tararear Nit de Sant Joan de Jaume Sisa cada 23 de junio, por eso en muchas cenas de Catalunya hay un momento dado en el cual alguien, absolutamente desinhibido, se levanta y empieza a cantar "Doneu-me xampany, doneu-me xampany!" imitando aquella voz de nariz tapada que gasta Sisa. La palabra champán utilizada por el sabio galáctico ya sabeis que tiene problemas de nomenclatura y no se puede utilizar, ya que si dices champán para mencionar al vino espumoso se te aparece inmediatamente un viticultor de Épernay y un alto representante de la Unión Europea y te pican los dedos, te condenan a pan y agua durante una semana y te recuerdan que sólo se puede decir 'champán' al vino espumoso hecho en la Champaña. Sea como sea, las burbujas de la alegria son un elemento indispensable la noche de Sant Joan, por eso este cava (sí, cava, porque es de la D.O. Cava) de Lacrima Bacchus es una opción maravillosa para acercarnos a la boca un poco de alegría, y no necesariamente a la hora de los postres: el vino espumoso es un brebaje celestial que funciona bien como aperitivo, para casar platos como los guisos, las carnes o los arroces, y evidentemente para acompañar la coca de Sant Joan. Un cava fresco, ligero y perfectamente equilibrado con crianza de 15 meses en sus propias lías, ideal para beber una copa y comprender que champán, Cava, vino espumoso, Corpinnat o Conca del riuAnoia son simples nomenclaturas diversas para definir una sola cosa: la felicidad.

Lacrima Bacchus Brut Reserva de Lacrima Bacchus