El vino y el chocolate se complementan a la perfección, ya que son alimentos que comparten cualidades como la acidez, el dulzor y el amargor. El chocolate negro, con más de un 70% de cacao, es recomendado para combinar con Zinfandel, Cabernet Sauvignon, Malbec o Shiraz, ya que son astringentes y nivelan la acidez que produce el cacao.

 

Cuanto más cacao tenga el chocolate, más intenso debe ser el sabor del vino. El chocolate con leche se encuentra a medio camino entre el sabor dulce del blanco y el amargo del negro. Para este tipo de chocolate es recomendable tomar un vino tinto joven Moscato, Pinot noir o Merlot, ya que su nivel de dulzura equilibra las notas lácteas. Además, combina muy bien con vinos blancos, especialmente con las opciones dulces con notas frutales y florales. El chocolate blanco suele contener mayor cantidad de manteca de cacao, por lo que su textura suele ser más cremosa y su sabor, bastante dulce. Para contrarrestar la grasa, se debe acompañar con vinos más secos y frutales. La mejor opción será un vino blanco suave, por ejemplo un Chardonnay que resalte la cremosidad del chocolate, aunque también te animamos a probarlo con vinos espumosos.

Para hacer la prueba de este maridaje de oscuro objeto de deseo te recomiendo el Turley 2026 Howell Mountain Zinfandel St. Helena (California).