Ya hace cuatro décadas que Familia Torres arrancó uno de sus proyectos más fascinantes: la recuperación de variedades de uva ancestrales que se creían extinguidas. Más de 50 variedades catalanas desconocidas que sobrevivieron de la filoxera, quedando relegadas en cepas olvidadas y sin identificar, han sido rastreadas y rescatadas por el equipo de viticultura de la bodega.

De esta cincuentena, destacan cinco variedades ancestrales con un gran potencial enológico con las cuales la marca está experimentando. El denominador común de la uva con que se hacen estos vinos es su resistencia a sequías y temperaturas altas, razón por la cual son muy resilientes a los retos que nos presenta el cambio climático.

Si queréis sorprender a vuestros comensales esta Navidad, repasad la siguiente lista y escoged el vino que mejor responda a vuestras necesidades.

Uno de lod proyectos más fascinantes de Familia Torres es la recuperación de variedades de uva ancestrales que se creían extinguidas

Grans Muralles, DO Conca de Barberà

A mediados de los años 80, Familia Torres localizó una variedad negra de baja productividad y maduración tardía: la garró. Después de un proceso de aclimatación largo, en 1996 la variedad pasaría a formar parte de la mezcla de la primera añada de Grans Muralles, un vino excelso y con una gran complejidad aromática. La garró aporta notas intensas de hoja verde y frutos negros y maduros. En boca, muestra carácter y taninos muy vivos.

El hallazgo de otra cepa antigua en Querol —nombre con que fue bautizada la variedad— resultó en la recuperación de una variedad poco productivo, pero con unas grandes cualidades organolépticas. Los vinos de la querol son intensos y afrutados, con toques de frutos del bosque y zumo de granada, y en boca resultan concentrados, amplios, con nervio y buena acidez. Del 2009 acá, esta variedad también pasó a formar parte de la mezcla de Grandes Murallas.

Cuatro vinos excelsos y para todos los gustos|sabores.

Cuatro vinos excelsos y para todos los gustos.

Clos Ancestral, DO Penedès

En 1998, Familia Torres descubre otra variedad al límite de la DON Penedès. La denominarán moneu, y junto con otras variedades autóctonas como el tempranillo y la garnacha, fueron utilizadas para la mezcla del Clos Ancestral, elaborado por primera vez el año 2019. Este vino tiene un intenso aroma a fruta fresca y perfumada. En boca, el Clos Ancestral es goloso, con una marcada acidez, buena concentración y taninos equilibrados.

La moneu es una variedad muy resistente al calor y la sequía, razón por la cual la continuidad de este vino está más que asegurada. Si lo que buscáis es un trago seductor, fresco, aromático y con buena concentración, no dudéis en haceros con una botella. La fineza y versatilidad del Clos Ancestral permiten casarlo con una variedad de quesos semicuidados y embutidos con recetas de carnes magras y pescados a base de crema o mantequilla.

La uva de estos vinos es resistente a sequías y temperaturas altas, razón por la cual son muy resilientes a los retos del cambio climático

Forcada, DO Penedès

La horconada es una variedad de ciclo largo, muy vigorosa y productiva. Su frescura y su intensidad aromática le da un perfil mediterráneo, con aromas de hierbas, flor blanca y unas notas cítricas de lo más finas. La horconada sirve, también, para elaborar un monovarietal de pequeña producción destinado al alta restauración.

Los vinos elaborados con esta variedad han sido muy bien acogidos por la crítica internacional desde la primera cosecha del 2015. Familia Torres ha plantado la horconada en dos de sus fincas del Alt Penedès, en Mas Palau, en Santa Maria de Miralles, a 550 metros de altura, y más recientemente, en el 2020, en Les Escostes, en la Llacuna, una antigua viña de terrazas y muros de piedra seca que llega hasta los 700 metros de altura para buscar los límites de maduración de esta variedad.

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Viña del Castell de la  Bleda de Familia Torres, donde se encuentra la uva moneu.

Pirene, finca de Sant Miquel de Tremp

La pirene es una variedad negra con un alto nivel de taninos y mucho color. La fruta roja y el toque mineral y especial son dos de sus aspectos más notables. Es un vino elegante, y en boca sorprende por su delicadeza y su textura de fruta sabrosa y fresca. Según Eric Asimov del New York Times, este fue uno de los doce mejores vinos que probó en el 2019. Como la horconada, con la pirene también se elabora un monovarietal destinado a la alta cocina.

Para Miquel Torres Maczassek, quinta generación de la Familia Torres, "la pirene es una variedad que reúne todos los aspectos para convertirse en un gran vino a nivel organoléptico", aparte de destacar su elegancia, intensidad aromática y frescura. De la añada de 2020 se han elaborado poco más de 1.200 botellas, razón que hace de este vino uno de los más codiciados de entre toda la oferta de Familia Torres.