Hablar del vino del Penedès es automáticamente pensar en tres variedades que a menudo van de la mano: el macabeo, la parellada y el xarel·lo. En los últimos años, diferentes bodegas se han esforzado en demostrar que el xarel·lo, vinificado como espumoso, pero también como vino tranquilo, produce vinos elegantes, concentrados, profundos y con una excelente capacidad de envejecimiento que poco tienen que envidiar a otros que se elaboran en zonas muy prestigiosas del mundo. Podemos decir, pues, que, en estos momentos, el xarel·lo se ha convertido en estrella y protagonista del Penedès.
Una misma variedad de uva puede llamarse de maneras diferentes en función de su lugar de origen: tempranillo, ull de llebre, cencibel, tinta de toro, tinta del país, tinta fina… Todas ellas son diferentes nomenclaturas para una misma variedad. Por este motivo, si nos dirigimos a la denominación de origen más pequeña de Catalunya, situada en el Maresme, nos hablarán también de las maravillosas cualidades de esta uva, pero ellos nos la presentarán como pansa blanca, la reina de la DO Alella.
3 vinos imprescindibles elaborados con xarel·lo
Teniendo en cuenta la realidad del cambio climático, esta variedad es presente y futuro, ya que por sus características se adapta muy bien a climas secos y cálidos y, por su naturaleza, aporta cuerpo, estructura y acidez en los vinos, garantizando equilibrio, complejidad y esta capacidad de guarda que los hace tan especiales. A continuación, descubrimos tres vinos tranquilos imprescindibles elaborados con xarel·lo.
Improvisació (Bodega Enric Soler)
Enric y Mercè, con sus 4 hectáreas de viña en Sabanell, son los referentes incuestionables de este cambio de paradigma en la elaboración de vinos con xarel·lo. Trabajo manual, al detalle e incansable en los últimos veinte años, posicionándose en el mercado y en la mente de los profesionales del vino como auténticos maestros en la elaboración de xarel·los de larga crianza. Improvisació nace el año 2006 y es la suma de la uva de tres pequeñas parcelas, que fermenta y hace crianza en bocoy austríaco y en huevos de hormigón. Un vino que alcanza una complejidad indescriptible, de las que solo se elaboran unas 6.000 botellas al año. Un vino que, directamente, te hace viajar a la Borgoña.
Cisteller (Bodega Cisteller)
El año 2023 empieza a escucharse con mucha fuerza un nombre en el sector del vino, procedente de la DO Penedès: Cisteller. Una bodega de nueva creación donde, Sergi y Jèssica, ambos enólogos que han adquirido experiencias trabajando en diferentes zonas vinícolas por el mundo, deciden volver a casa de él y empezar un nuevo proyecto, homenajeando al antepasado familiar, que llegó a Sant Sadurní de Anoia a ganarse la vida elaborando cestos. 4 vinos monovarietales que comparten nombre, cambiando solo el color de la etiqueta: xarel·lo, xarel·lo vermell, incrocio manzoni y malvasía. Compartir un rato con ellos en la bodega y probar Cisteller etiqueta verde, es entender su filosofía en la vinificación: producir vinos de precisión.
Foranell (Quim Batlle)
Obligatorio situar en el mapa la DO Alella, solo a 15 km en el norte de la ciudad de Barcelona, para presentaros la última recomendación de hoy. El Foranell, de Quim Batlle (Tiana) trabaja la pansa blanca para ofrecer unos vinos únicos, tanto por la variedad como por los rasgos característicos que lo rodean: el famoso sauló de Alella, unos suelos de composición granítica típicos de la DO y el foranell —el nombre del vino proviene de aquí—, un viento marítimo que transporta la salinidad del mar hacia la costa y que impregna unas viñas 100% ecológicas.
El sauló es un terreno arenoso y pobre en nutrientes, que aporta mineralidad, tensión y acidez moderada en el vino. El Foranell se cría nueve meses con las lías en depósitos de acero inoxidable y, una vez embotellado, descansará dos años en botella en la bodega, esperando que esta pansa blanca expresiva y elaborada de manera honesta, llegue a su momento óptimo de evolución.