En un mundo donde los sentidos se despiertan y los sabores se entrelazan, los vinos ocupan un lugar privilegiado, ofreciendo una experiencia sensorial única que cautiva paladares de todas las latitudes. Desde los valles andorranos, hasta el Penedès o Montsant, pasando por el Empordà, la diversidad de vinos en Catalunya y por todas partes es un reflejo de la riqueza cultural y geográfica de nuestro país. En cada botella se destila la esencia de un terruño, una historia y un proceso de elaboración que fusiona la tradición con la innovación, así como técnicas y mecanismos que no dejan de sorprendernos. Desde los robustos negros hasta los delicados blancos, el abanico de opciones es tan amplio como apasionante, y satisface gustos y preferencias de todos los aficionados al vino. Esta semana, la sommelier de El Celler de La Gourmeteria, Carla Viladric, nos hablará de unos vinos desconocidos, pero muy interesantes.
Los vinos biodinámicos: una fascinante alternativa
Sin embargo, en este universo de sabores y aromas, los vinos biodinámicos emergen como una fascinante alternativa que va más allá de lo que es convencional. "Hemos oído mucho hablar de los vinos ecológicos, de los vinos naturales, pero quizás no tanto de los vinos biodinámicos. Pero, ¿sabemos realmente qué son?", introduce Carla.
Inspirados en los principios de la agricultura biodinámica, estos vinos se cultivan con un enfoque holístico, donde se considera la interacción entre el terroir, las plantas y los astros. El educador austríaco Rudolf Steiner desarrolló un papel fundamental en este planteamiento. "Las plantas, el ser humano y los animales eran todo un conjunto donde el objetivo era retornar a la tierra mucho más de aquello que nos proporciona", explica el sumiller. Al integrar prácticas como el uso de preparados vegetales y minerales, el respeto por los ciclos lunares y la promoción de la biodiversidad, los viticultores biodinámicos buscan crear vinos que reflejen la vitalidad y la autenticidad de la naturaleza.
Esta filosofía, que abraza la sostenibilidad y la armonía con el entorno, añade una dimensión extra a la experiencia vinícola e invita a los consumidores a conectarse con la tierra de una manera más profunda
En primer lugar, está la reposición de nutrientes a través de compuesto de animal y otros materiales orgánicos que se encuentran a la misma naturaleza. En segundo lugar, es fundamental la no utilización de fertilizantes químicos ni otros componentes artificiales. Cuando menos crear tus propias preparaciones e infusiones a base de hierbas, minerales y restos de animales. Y en último lugar, y lo que más evidencia la diferencia con la agricultura ecológica es seguir las fases lunares para establecer los ritmos de trabajo, ya que así aprovechamos todas las energías que los otros nos dan. Finalmente, para saber si un vino es biodinámico, tenemos que observar la botella y encontrar la certificación o etiqueta que ponga "demeter".